El Ayuntamiento de Madrid ha guardado este martes un minuto de silencio en el que ha participado la alcaldesa, Manuela Carmena, como repulsa al asesinato de una mujer de 39 años ayer en Loeches presuntamente cometido por su marido, que después se suicidó.
En este acto de condena celebrado a las 11.00 en el Palacio de Cibeles han participado también la portavoz municipal, Rita Maestre y la delegada de Políticas de Género y Diversidad, Celia Mayer, que han sostenido una pancarta con el lema “¡Basta ya! No a la violencia de género”.
En declaraciones a los periodistas, Mayer ha destacado que se trata de la a decimotercera mujer asesinada a manos de su pareja o expareja en lo que va de año y que en este caso fueron los hijos de esta pareja, en concreto la hija de 11 años, quienes dieron la voz de alarma a los servicios de emergencia.
“De nuevo una tragedia más, una familia destruida, una mujer joven de 39 años asesinada”, ha lamentado Mayer, que llama a que las instituciones hagan “más esfuerzos para evitar estos asesinatos”.
También ha pedido hacer una reflexión sobre por qué en éste como en otros casos no existían denuncias previas por violencia machista.
A juicio de la delegada de Políticas de Género y Diversidad, hay que animar a las mujeres que estén en disposición de denunciar, pero también es obligatorio pensar cómo hacer “accesible la denuncia para todo el mundo” y cómo acompañar a las mujeres en un momento “tremendamente duro y tremendamente costoso”.
Además, ha confiado en que las instituciones estarán “atentas” a la “situación durísima” que atraviesan los dos hijos menores de la pareja, dos víctimas reconocidas como tal por la legislación, yha expresado su apoyo a la familia y allegados de la mujer asesinada y su “solidaridad institucional” con el municipio de Loeches.
También la Delegación del Gobierno en Madrid ha convocado para las 13:00 horas de un minuto de silencio en la puerta de su sede “con motivo de un nuevo crimen machista”, el tercero contabilizado en la región en 2019.
El suceso se conoció hacia las diez de la mañana del lunes, cuando la hija mayor del matrimonio, de once años, salió del piso y bajó al supermercado en el trabajaba su madre, que está justo debajo de su casa, para alertar de que sus padres podían estar muertos.
El hombre tenía 47 años y la mujer 39, ambos eran de origen peruano y no constan denuncias por maltrato previas.