Marcial Dorado, el conocido narcotraficante gallego, ha regresado a la esfera pública después de que su relación pasada con el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, se convirtiera en un tema destacado durante la reciente campaña electoral de las elecciones generales del 23-J.
Dorado ha hecho declaraciones para denunciar un supuesto delito, que, de ser cierto, sería grave, y al mismo tiempo, ha defendido la figura de Feijóo, con quien se le ha visto en icónicas fotografías en un yate durante un encuentro entre amigos.
Según una carta a la que ha tenido acceso El Confidencial, Dorado recibió “ofertas de cifras muy elevadas de dinero para que hiciera declaraciones públicas y ensuciara la imagen de Núñez Feijóo” en las semanas previas a las elecciones generales del 23-J.

Estas ofertas, según Dorado, provinieron de emisarios que ya habían intentado coaccionarlo en el pasado, cuando Feijóo era presidente de la Xunta de Galicia, aunque en esta ocasión, la suma ofrecida era considerablemente mayor.
El narcotraficante se negó a participar en lo que calificó como una “campaña electoral sucia y rastrera”, que, según él, le ha costado el embargo de su patrimonio familiar. Dorado sostiene que sus problemas judiciales están vinculados a un intento de desgastar la imagen de Feijóo y niega cualquier relación actual con el político o haber recibido un contrato de la Xunta durante su tiempo en la Administración gallega.
En sus propias palabras, Dorado declaró: “En lo que respecta a Núñez Feijóo, no tengo contacto con esta persona desde hace más de 20 años. Ni Feijóo me debe nada, ni yo le debo nada a él. Jamás me adjudicó un contrato con la Xunta, como insinúan algunos. Si lo hubiera, lo habrían sacado aunque fuese de las cloacas”.
Estas declaraciones de Dorado recuerdan a las que hizo en 2020 en una entrevista con La Sexta, en la que afirmó que “en 2005 también vinieron a verme del PSOE. Dos personas. De parte de un ministro importante de Zapatero. Se sentaron aquí y me dijeron, ‘cojo el teléfono y te quitamos todo'”.
Dorado ha alegado que su sentencia fue política y no jurídica, y ha rechazado cualquier vínculo con el tráfico de drogas. Según él, su condena se basó en la venta de un barco que alguien pretendía utilizar para transportar cocaína, pero que, según lo visto en el juicio, nunca llegó a cargar droga.
Siempre se ha dicho que una imagen vale más que 100 palabras.Quien no tiene honor sus palabras tienen menos.
Que formal y justo es ahora Marcial Dorado, ya no a hecho nada y es un ciudadano ejemplar, aplausos.