El colectivo Arzúa Sostible advierte que el anuncio de la filial de Atalaya Mining y Explotaciones Gallegas de su «Plan Integral» de tratamiento de aguas es solo una herramienta de propaganda de la empresa que oculta las carencias de un proyecto inconsistente, incompleto e ineficiente que en absoluto pondrá solución a las que a día de hoy son algunas de las zonas más contaminadas de Galicia.

Lodos contaminados procedentes de la mina de Touro / Arzúa Sostible

En este sentido, la «restauración integral» pretendida por la minera deja fuera de tratamiento una extensa área de terrenos contaminados con la presencia de suelos ricos en metales pesados procedentes de la antigua explotación de cobre, así como numerosos cursos fluviales más allá del Portapego y del Brandelos.

Aunque el proyecto de Cobre San Rafael anuncia la construcción de un canal de drenaje para evitar que el agua de lluvia penetre en uno de los depósitos de estériles de la mina provocando filtraciones, la empresa está ocultando la presencia de miles de toneladas de lodos mineros de alta toxicidad para la salud pública y el medio ambiente que no serán retirados en una extensa área de kilómetros cuadrados y, por otra parte, no presenta una solución válida para la grave afectación de los acuíferos.

De este modo, la minera pretende evitar la evidencia generada por la contaminación en las zonas más visibles para la población pero en absoluto solucionar de la manera «integral» que defiende la problemática ambiental generada por la mina de Touro dado que el coste de una operación de semejantes características comprometería la rentabilidad económica del proyecto. La minera, de hecho, anuncia un compromiso con el medio ambiente que en realidad solo es un mero artificio para sacar adelante un proyecto mayoritariamente rechazado por la sociedad gallega.

LA CONTAMINACIÓN POR METALES PESADOS, UN GRAVE PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA 

La contaminación por metales pesados es un problema inherente a la minería metalífera, dado que la matriz mineral de elementos como el cobre (Cu) va asociada habitualmente a elementos idenseados como el plomo (Pb), el mercurio (Hg), el cadmino (Cd), el arsénico (As) o el cromo (Cr), muy dañinos para la salud humana y la biodiversidad.

Su peligrosidad reside en que no son biológicamente degradables, lo que hace que una vez solubilizados a partir del proceso minero, puedan permanecer en el ambiente durante cientos o miles de años impactando negativamente en los seres vivos por efecto de su bioacumulación.

De hecho, elementos como el arsénico, el plomo, el cromo o el cadmio son considerados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como elementos peligrosos por su potencial para generar distintos tipos de cáncer, y el mercurio diversos problemas neurológicos.

Teniendo todo esto en cuenta y con la situación preexistente provocada en la Comarca de Arzúa por la minería a gran escala desarrollada en Touro, pretender reabrir y ampliar un proyecto cuando no se tratan de manera efectiva los pasivos ambientales existentes, que son prácticamente inabarcables, es comprometer la seguridad de la población residente y el futuro de las futuras generaciones.