Miles de toneladas de lodos de sedimentación y drenajes ácidos procedentes de la antigua explotación de cobre se acumulan a día de hoy en el tramo medio del río Portapego.

El “Lugar do Potaguzo” acumula en el río Portapego, afluente del Ulla, miles de toneladas de lodos de sedimentación procedentes de la actividad de la mina de Touro / Cornado Mina Non

El denominado “Lugar do Portaguzo“, tal como es conocido este enclave, confirma para la Plataforma vecinal Cornado Mina Non que la promesa de restauración de Cobre San Rafael para la zona afectada por la mina de Touro “no es algo real” y sin embargo sí supone “una cortina de humo para sacar adelante su plan extractivo” tras el anuncio de un nuevo proyecto por parte de la empresa.

Porque para las vecinas y vecinos de Touro y O Pino, buenos conocedores del desastre, “no hay un solo indicio” por parte de la filial de Atalaya Mining y Explotaciones Gallegas “que invite a pensar” que su mercantil conjunta se va a hacer cargo de este desastre ambiental que no sólo afecta a este sector del Portapego sino a docenas de kilómetros de otros ríos y arroyos de la comarca que derivan finalmente en la cuenca del Ulla.

Por eso consideran que las sucesivas campañas propagandísticas de la promotora del proyecto de reapertura tan solo suponen un ejercicio de “minería para incautos” dado que al encontrarse fuera del contexto de la mina histórica y de la propia concesión el supuesto “nuevo” proyecto de Cobre San Rafael “ni contempla ni contemplará” restauración alguna “para la inmensa afectación superficial y subterránea de la actividad metalífera previa”.

Cornado Mina Non recuerda que la legislación es clara en este punto pues la restauración no tiene que ser consecuencia del desarrollo de un nuevo proyecto como pretende ahora la minera, sino que la Administración “ha de velar por el cumplimiento de la normativa aplicable, que en este caso indica de manera clara que el adecuamiento ambiental ha de tener un carácter previo y debe solventarse por parte de la actual propietaria de la concesión, algo que Explotaciones Gallegas lleva obviando a lo largo de las últimas tres décadas”, y se añade, por otra parte, a la “operativa” que está siguiendo Atalaya Mining en su proyecto andaluz de Riotinto, “que acumula expedientes sancionadores, escándalos internos, altos niveles de siniestralidad laboral e incumplimientos en materia ambiental”, lo que incluso ha llevado a la Fiscalía a actuar de oficio, “poniendo así en cuestión cualquier tipo de promesa que más allá de la propaganda o la publicidad pagada pueda hacer la minera para sacar adelante su negocio”.

LA ESPECULACIÓN COMO OBJETIVO ÚLTIMO DE MINERAS E INVERSORES

El caso de la mina de Touro, que vuelve a estar de actualidad, viene a demostrar que el objetivo de fondo que hay en la inversión en commodities es el de especular con la volatilidad del movimiento en el precio de los metales pues los mercados de materias primas, que funcionan por ciclos, favorecen la especulación financiera tanto de inversores como de mineras, que juegan con informes y tendencias económicas siempre con el objetivo de obtener el máximo beneficio.

En el contexto económico actual, la minería del cobre se comporta como una actividad especulativa con altos niveles de volatilidad / Creative Commons

En este contexto la protección del medio ambiente es la gran olvidada, tal y como ha venido demostrando, más allá de Touro, la crítica situación ambiental de otros sitios mineros en Galicia como el Monte Neme, Varilongo, San Finx o Valdeorras, donde el saqueo mineral ha sido una constante que nunca ha ido acompañada de una restauración del terreno afectado digna de tal nombre. dando al traste con la propaganda tanto de la Cámara Oficial Mineira como de las propias empresas que se amparan en términos como “sostenibilidad”, “responsabilidad” o “minería verde”, conceptos que en absoluto se corresponden con el mundo real.