Por Lehbib Abdelhay/ECS
Madrid (ECS).- El historiador C.R. Pennel, en su libro Marruecos desde 1830. Una historia repasa los tumultos que se produjeron tras la muerte de Hassan I. En ese momento, Moulay Abdelhafid no dudó en rechazar el beyaa (acto de lealtad) para sacar a su hermano Moulay Abdelaziz del sultanato. En 1908, Moulay Abdelhafid se endeudó con capitales europeas para financiar sus proyectos personales. La crisis financiera que luego generó en el reino lo llevó a la abdicación y al advenimiento del protectorado francés en 1912.
Poco más de un siglo después, los monarcas alauitas parecen haber aprendido bien la lección de esta historia.
La fortuna es sin duda una garantía que permite al futuro rey mantener su poder. Las prebendas le permiten recompensar a los fieles y cooptar a los oponentes, mientras lleva un estilo de vida lujoso.
El rey Mohamed VI es la ilustración perfecta del modelo de “rey-hombre de negocios”, y su fortuna se estima en alrededor de 8.200 millones de dólares, según publicó el digital británico Love Money en marzo de 2020. Aparte del origen a veces sospechoso de esta fortuna (Papeles de Panamá en 2016 y la venta de drogas), su hijo, de apenas 18 años, es considerado el niño más rico del mundo desde su nacimiento con una fortuna cercana a los 2.5 mil millones de dólares!.
Según los organismos internacionales Marruecos necesitaría 750 millones de euros para erradicar la pobreza extrema de aquí al año 2030. Y una solución que aportan es mejorar los servicios sociales de los que solo se benefician actualmente un tercio de marroquíes.
En un país plagado de pobreza y desempleo, el lujo y el exceso son las palabras clave de la familia Real. ¿De qué otra manera explicar el hecho de que el rey ofreció al príncipe heredero, como reveló Middle East Eye en julio de 2018, un jet privado totalmente personalizado gracias a la tecnología israelí, con un valor de alrededor de 57.5 millones de euros?
Con derechos y poderes absolutos, además constitucionalmente reconocidos, el apoyo incondicional de los militares y una colosal fortuna real, Mohamed VI y su séquito creen haber encontrado el tríptico mágico para establecer el reinado del príncipe heredero y perpetuar la dinastía alauita.
Pero la historia está ahí para recordarnos que los caminos hacia el poder están pavimentados con incertidumbres y que sin el apoyo voluntario de los pueblos, todo el poder es solo una quimera.
Y si a esto le sumamos la condición sagrada y exclusiva de “comandante de los creyentes”, ¡podríamos incluso argumentar que el poder ha encontrado la cuadratura del círculo!
Pero la historia está ahí para recordarnos que los caminos hacia el poder están empedrados de incertidumbres y que sin la adhesión voluntaria de los pueblos, todo poder es sólo una quimera, aunque esté respaldado por un ejército imperial y mantenido gracias a a una fortuna faraónica, como dijo el pensador confuciano Mencio.
Marruecos es uno de los países más desiguales y pobres del mundo.
En el discurso del 31 de julio, el rey de Marruecos, haciendo un balance de sus 21 años de reinado, reconoció la persistencia de las desigualdades, a pesar de los proyectos prometidos por el monarca cada vez que ofrece un discurso.
El discurso, pronunciado con ocasión del 21 aniversario de su coronación, suponía además la primera aparición pública del monarca tras su operación de una arritmia el pasado 14 de junio de 2020, y en esta ocasión el rey apareció más delgado y pálido de lo habitual, con una voz quebrada con la que se equivocó en varias ocasiones al leer su texto.
El monarca insistió en la necesidad de crear actividades generadoras de empleo y acelerar el ritmo de acceso a los servicios sociales básicos, sin embargo Mohamed VI lleva 21 años exigiendo las mismas demandas en un país donde sólo manda El Majzén.
Cabe recordar que Marruecos, un país que alberga 35 millones de personas, está experimentando una desaceleración económica y se espera que el crecimiento caiga a 5.9 por ciento en 2020, según datos del Banco Mundial. El desempleo sigue cerca del 38 por ciento y es particularmente alto entre los jóvenes, según informa el FMI. “Nuestro trabajo no se limita solamente a enfrentar esta epidemia, sino que también tiene como objetivo abordar sus repercusiones sociales y económicas, dentro de una perspectiva integral de futuro”, dijo el rey de Marruecos.
Ante la precariedad de la infraestructura y los servicios de salud, recurrir a Dios sigue siendo para muchos marroquíes el único refugio. En Tánger, Tetuán (norte del país) y Fez, los residentes corearon: “¡Dios es genial, y Él es el único capaz de ayudarnos! Muchos residentes en muchas ciudades organizan oraciones colectivas desde los techos de sus casas, pidiendo misericordia y perdón en un ambiente muy solemne.
La desigualdad y la pobreza en Marruecos no cesa. Es lo que ha denunciado Oxfam Intermón en un informe publicado que evidencia que la recuperación económica ha favorecido cuatro veces más a los ricos que a los pobres. Según la organización, la “desigualdad en el reino continúa en niveles desorbitados y está fuera de control”, fruto de un modelo económico que incentiva la concentración de riqueza en manos del Palacio Real (Majzén).
El nerviosísmo y el malestar mostrados por Mohamed VI son bastante inesperados, y pueden explicarse por las circunstancias excepcionales, expresadas anteriormente por el gobierno: “Nunca las hemos necesitado tanto” el uno al otro como hoy … Estamos embarcados en la misma galera. O todos nos ahogaremos, o todos seremos salvos ”(tenga en cuenta que la posibilidad de ahogarse precede a la de la salvación …). Sin embargo, se siguen registrando arrestos violentos e incluso humillantes, marcados por la violencia física y mental.
Las desigualdades se han mantenido casi igual.
El coeficiente de Gini, una medida internacional de medir la desigualdad, fue de 39.9 en 1985 y de 39.5 en 2014. Una estabilidad estadística que, una vez más, debe ponerse en perspectiva, advierte Oxfam, debido a muchas limitaciones metodológicas: el gasto en el extranjero no se cuenta, ni los ahorros. Además, las desigualdades monetarias no tienen en cuenta las desigualdades de riqueza. Todas estas observaciones sugieren que las diferencias son incluso mayores de lo que dicen las estadísticas oficiales.
Población bajo el nivel de pobreza
La última tasa de variación anual del IPC publicada en Marruecos es de febrero de 2019 y fue del 1%.
Los resultados colocan al Reino de Marruecos entre los países más pobres en términos de la distribución del PIB entre el tamaño de los ciudadanos.
Marruecos es la economía número 63 por volumen de PIB. Su deuda pública en 2019 fue de 63.260 millones de euros, suponiendo un 65,11% del PIB. Su deuda per cápita es de 2.770€.
Marruecos cuenta con un alto porcentaje en situación de pobreza absoluta, el 79,4 % de las cuales viven en el mundo rural, según un estudio hecho público el año pasado por el oficial Alto Comisariado del Plan (HCP, por sus siglas en francés).
Los datos demuestran que Marruecos ocupa el puesto 119 en el ranking de los países más ricos en el mundo de un total de 174 países incluidos en la clasificación, que se basa en el criterio del PIB per cápita, lo que hace que el ciudadano marroquí sea de los menos ciudadanos afortunados en términos de porcentaje del PIB.
A pesar de la evolución de la renta de los marroquíes en los últimos años que ha pasado de 46 mil DH (Dirham es la moneda de Marruecos) en el año 2009 a los 55 mil DH en el 2017 según los datos del fondo monetario internacional, los marroquíes se encuentran entre los países árabes más pobres. En este caso ocupa el cuarto puesto después de Yemen.
Fuente: El confidencial Saharaui