El club alpino hace patente su agradecimiento a todas aquellas personas, organismos y entidades que han mostrado su apoyo a la campaña “Salvemos Trevinca” por hacer posible que Peña Trevinca y su entorno “sigan siendo el bello, importante y patrimonial símbolo de todas las montañas gallegas”.
El manifiesto lanzado desde la entidad, referendado por 6.244 apoyos, ha sido una de las claves para que distintas administraciones a nivel local, provincial y autonómico hagan patente su rechazo a los proyectos eólicos Prada (Statkraft) y Alto Cabrera (Enel), que con la instalación de 60 aerogeneradores de gran porte (200 metros de altura en punta de pala) hubieran supuesto una problemática inasumible para el entorno natural donde se encuentran las cumbres más altas de Galicia.
Localizado en el suroeste provincial de Ourense, el macizo de Peña Trevinca es un espacio natural único en la geografía autonómica que abarca 25.000 hectáreas y cimas como Peña Trevinca (2.127 metros), Peña Negra (2.123) y Peña Surbía (2.122) en la confluencia de la Serra do Eixe, la Serra Calva y la Serra Segundeira.
Como también recordaba esta semana la Asociación de Defensa Ambiental Salvemos Cabana, este entorno natural privilegiado cuenta, por otra parte, con la presencia de numerosas especies protegidas como el águila real (Aquila chrysaetos), incluída en el Catálogo Gallego de Especies Amenazadas en la categoría de “en peligro” y a nivel geológico con una de las mejores muestras de los antiguos paisajes glaciares de la península, cuyo recuerdo se conserva en lagunas situadas a más de 1.600 metros de altitud como “A lagoa da serpe” y “O Celo”. Además, junto al río San Xil, está el famoso Teixedal de Casaio, una auténtica catedral botánica que alberga más de 300 árboles de una especie, el tejo (Taxus baccata), que puede llegar a superar los 3.000 años de edad y que en la antigüedad era considerado como sagrado por los pueblos celtas.
Ante el incontestable valor ambiental y patrimonial de estos parajes “Montañas de Trevinca” apuesta por la pronta declaración del macizo como parque natural porque “razones hay de sobra”, algo que sin duda Galicia “merece” y que tanto el territorio como su población agradecerían notablemente.