Aunque no existe un registro oficial sobre el número de mujeres y niños que han sido víctimas de violencia sexual en el conflicto de Colombia, Adri Villa, asistente de protección de ACNUR en Colombia asegura que ocurre durante, pero también después del desplazamiento, una vez que se han asentado en su nuevo hogar.
Muchas mujeres como Leonor, sin recursos y lejos de sus hogares, desconocen cómo ejercer sus derechos más básicos.
En los últimos años, 66 grupos se han unido para proteger los derechos de las mujeres en la región, enfocándose en las dificultades de los miles de mujeres desplazadas entre casi 146,000 víctimas del conflicto armado en la región fronteriza con Ecuador.
“El problema de la violencia sexual … es más prevalente entre las familias que han sido desplazadas por la fuerza, porque se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad”, dice Muriel Fatima, presidenta de uno de estos grupos que proporciona asesoramiento gratuito a mujeres desplazadas por el conflicto armado.
ACNUR da apoyo financiero a organizaciones como la Alianza que ofrecen talleres de asesoramiento para supervivientes de abusos sexuales en la región y la oportunidad de llevarlo a juicio en los tribunales. Gracias a esta ayuda legal, la familia Galeano pudo informar al funcionario local a la policía de las violaciones sufridas por su hija.
“Sentí tanta ira y dolor. Pero gracias a ACNUR y la Alianza, este hombre fue detenido en mayo”, dice Leonor.