El museo del antiguo campo de exterminio nazi de Auschwitz, construido por el Tercer Reich en la Polonia ocupada, ha pedido a sus visitantes que se abstengan de hacerse posados y fotos frívolas en un recinto donde “se asesinó a un millón de personas”.

“Cada año nos visitan cientos de miles de personas de todo el mundo, y lamentablemente vemos como una parte de ellos aprovechan su recorrido por el antiguo campo de concentración para hacerse fotos en actitud frívola, sin tener en cuenta que están en un lugar donde tuvo lugar una tragedia humana”, explicaron a Efe desde el museo de Auschwitz.

La gota que ha colmado el vaso de la paciencia en Auschwitz son las fotografías que varios visitantes se hacen caminando sobre las vías de la línea férrea que conducía a los deportados a los campos de concentración, y que inmediatamente suben a sus redes sociales.

“Hay lugares mejores para aprender cómo andar sobre una viga que en un lugar que simboliza la deportación de cientos de miles de personas”, lamentan los responsables del museo de Auschwitz a través de su cuenta en Twitter, donde muestran varios ejemplos de estas “imágenes frívolas”.

“Cuando vienes a Auschwitz, recuerda que estás en un lugar en el que fue asesinado un millón de personas”, añade el recinto en un mensaje en Twitter.

No es la primera vez que los posados en memoriales del Holocausto generan polémica, y ya en 2017, el artista israelí Shahak Shapira publicó imágenes donde combinaba las fotografías y posados frívolos de los visitantes con imágenes reales de las víctimas del Holocausto.

“Auschwitz es un lugar al que venir a recordar un episodio trágico de la historia, a reflexionar y a aprender lo que debemos evitar para que algo así se repita, no es un lugar para frivolizar”, insisten desde el museo.

Se estima que más de un millón de personas, en su mayoría judíos, murieron en Auschwitz y en el campo anexo, Birkenau, (Oswiecim y Brzezinka, en polaco) debido a los malos tratos, las cámaras de gas Zyjklon B, el hambre, el agotamiento y las enfermedades.

Hoy, Auschwitz-Birkenau es patrimonio de la Humanidad de la Unesco y un museo-memorial de 200 hectáreas visitado cada año por más de un millón de personas.

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