Apenas unos días después de que un grupo radical, con máscaras blancas y antorchas, se concentrara de noche en Lisboa frente a la sede de la organización SOS Racismo, se conocía la noticia este miércoles de que la policía está investigando las amenazas por parte de un grupo neonazi a tres diputadas y una decena de activistas antirracistas de Portugal, asegurando que tomará medidas contra ellos y sus familiares si no abandonan el país en 48 horas.
El grupo SOS Racismo ha denunciado haber recibido un email de un grupo neonazi que se hace llamar Nova Ordem de Avis-Resistência Nacional, en referencia a una orden militar medieval.
La amenaza iba dirigida contra las diputadas Mariana Mortágua, Beatriz Gomes Dias (ambas del Bloco de Esquerda), la independiente Joacine Katar Moreira, el sindicalista Danilo Moreira, los activistas antirracismo Mamadou Ba y Melissa Rodrigues y los activistas de izquierdas Vasco Santos, Jonathan Costa, Rita Osório y Luís Lisboa.
En ella se podía leer: “Informamos que fue definido un plazo de 48 horas para que los dirigentes antifascistas y antirracistas incluidos en esta lista renuncien a sus funciones políticas y salgan de territorio nacional”, de lo contrario avisaban que: “Pasado este plazo, tomaremos medidas en su contra y en contra de sus familias para garantizar la seguridad del pueblo portugués” y finalizaba con que «agosto será el mes de lucha contra los traidores de la nación y sus partidarios».
SOS Racismo también ha denunciado un primer mensaje de Nova Ordem de Avis-Resistência Nacional recibido el 6 de agosto en el que el grupo se presentaba como «una nueva milicia de extrema derecha» con una misión.
«Siempre que un nacionalista sea preso, un antirracista será asesinado y siempre que un nacionalista sea asesinado decenas de extranjeros serán asesinados», prometían. El mensaje enumeraba a los enemigos de la agrupación, en la que además de los antifascistas se apuntaba a refugiados, extranjeros, negros, homosexuales y transexuales.
El presidente del país, Marcelo Rebelo de Sousa, ha pedido que haya “cero tolerancia” ante las amenazas, pero ha hecho un llamamiento a la sensatez y ha advertido de cómo «la instrumentalización de esos temas se ha usado en otros países para radicalizar la vida política».
Eduardo Ferro Rodrigues, presidente del Parlamento, manifestó en un comunicado que “la derecha populista y extremista está intentando, en muchas democracias consolidadas, resucitar una agenda antidemocrática del pasado de triste memoria” y condenó la «tentativa de intimidar diputados y activistas políticos»
Resistencia Nacional ha negado cualquier vinculación con las amenazas de muerte y ha señalado que los desfiles al estilo del Ku Klux Klan no han tenido algún fin intimidatorio y califica su concentración como una “vigilia” en homenaje a las fuerzas de seguridad, según ha manifestado en un comunicado. “No nos mueve el odio por nadie, lo que nos mueve es el amor por Portugal”, han señalado.