El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, emitió el domingo un llamado a los milicianos de Hamás en la Franja de Gaza para que entreguen sus armas en lugar de enfrentar una muerte inútil por su líder, Yahya Sinwar.
En un comunicado difundido por su oficina, Netanyahu afirmó que “ha llegado el principio del fin” del grupo islamista y que “en los últimos días, decenas de terroristas de Hamás se han rendido”.
Estas declaraciones se produjeron el mismo día en el que tuvo lugar una conversación entre Netanyahu y el presidente ruso, Vladimir Putin, centrada en el prolongado conflicto en curso y el papel de la ONU en la resolución del mismo.
El líder israelí expresó su descontento con las posturas manifestadas por representantes rusos en la ONU, criticando fuertemente la colaboración entre Rusia e Irán, el principal adversario de Israel.
El Consejo de Seguridad de la ONU votó el viernes una resolución propuesta por Emiratos Árabes Unidos, instando a un alto el fuego inmediato en Gaza. Sin embargo, la resolución fue vetada por Estados Unidos, lo que generó críticas internacionales. El embajador ruso en la ONU, Dmitriy Polyanskiy, condenó duramente a Israel y Estados Unidos, destacando las consecuencias mortales para la población civil de Gaza si continúa el conflicto.
Netanyahu reiteró ante Putin que “cualquier país que sufriera un ataque terrorista criminal como el que experimentó Israel actuaría con no menos fuerza que aquel en el que opera Israel”.
Además, agradeció a Putin su intervención en la liberación de tres rehenes israelíes con nacionalidad rusa, solicitando también su apoyo para la liberación de los demás secuestrados y la visita de la Cruz Roja a Gaza.
La relación entre Israel y Rusia, antes aliados estratégicos en Siria a pesar de respaldar bandos opuestos, se tensó tras el inicio de la guerra en Ucrania. A pesar de no brindar apoyo militar, Israel se ha mantenido alineado con las naciones occidentales en defensa de la soberanía de Ucrania.