Por este motivo, se desarrolló la nueva Directiva Europea de Energías Renovables (DER II) que, sin establecer un camino claro para eliminar los biocombustibles basados en cultivos alimentarios, sí ofrece posibilidades para que lo hagan los estados miembros. La directiva apuesta por los biocombustibles avanzados, basados tanto en desechos y residuos como en electricidad renovable y reduce el uso de las materias primas más dañinas.

Solo el biodiésel de aceite de palma se considera insostenible, o de alto riesgo debido a la deforestación que lleva asociado su cultivo en la nueva directiva. Esto significa que el volumen de aceite de palma se congela a partir de 2019 y después, en 2023, se reducirá progresivamente hasta el 0 % en 2030. Sin embargo, una parte de este aceite se podría escapar de la eliminación si se cataloga como de bajo riesgo. Otras materias primas, como la soja, están igualmente ligadas a la deforestación.

Empresas españolas como Repsol apuestan, dentro de su estrategia de biocombustibles avanzados de bajas emisiones, por el hidrobiodiésel o aceites vegetales hidrotratados (hydroprocessed vegetable oil, HVO por sus siglas en inglés). Sin embargo, esta materia no puede ser considerada como sostenible, ya que en España, de acuerdo a la CNMC, el 98 % de HVO se sintetiza a partir de aceite de palma.

Ecologistas en Acción y la Federación europea Transport & Environment demandan excluir todas las materias primas insostenibles de la denominación biocombustibles avanzados, tanto el HVO, como los ácidos grasos destilados de palma (en inglés conocidos por Palm Fatty Acid Distillers, PFAD).

Ni palma ni soja

Según los informes de Transport & Environment y Cerulogy, el PFAD es un coproducto de la industria del aceite de palma que no debe catalogarse como biocombustible avanzado, ya que se utiliza en otras industrias, como la de la alimentación para animales, la oleoquímica o la cosmética. Si se sigue aumentando el uso de PFAD para biocombustibles, como está ocurriendo, se producirá un efecto de desplazamiento en estas industrias y se necesitarán otras materias primas vírgenes para reemplazarlo, como ya sucedió con el aceite de palma para biocombustibles de primera generación.

Se estima que si el consumo de PFAD aumenta para el sector de los biocombustibles, este afectará también a otros sectores, como el de la cosmética o la industria oleóquimica, que requerirá más aceite vegetal para cubrir su demanda, como muestra un estudio reciente de Rainforest Foundation Norway.

Ni palma ni soja: exigen que se dejen de usar alimentos para fabricar combustible

En el marco de la campaña #NotInMyTank (#NoEnMiDepósito en España), Ecologistas en Acción lanza un vídeo de animación instando al gobierno a tomar cartas en el asunto en la transposición de la DER II para eliminar materias primas ligadas a la deforestación y violación de derechos humanos como es el aceite de palma y soja. Ni palma ni soja.

“El gobierno debe reflejar en la transposición de la Directiva su apuesta por la transición energética y ecológica”, ha declarado Rosalía Soley, portavoz de Ecologistas en Acción. “Por ello, debe eliminar la cuota de energía renovable en el sector transporte el uso del aceite de palma y soja destinadas a la producción de biocarburantes, así como el PFAD, por tratarse de materias primas y productos asociados a la deforestación”, concluye Soley.

Muchos estados miembros de la UE (Países Bajos, el Reino Unido, Noruega, Alemania y Suecia) no clasifican el PFAD como un residuo. Por su parte, Francia, en su Estrategia contra la deforestación importada y en el proceso de transposición de la DER II, mantiene el PFAD en la categoría de biocombustibles de primera generación. El caso más reciente es el de Italia, donde el senado ha votado la eliminación gradual del aceite de palma, el de soja y PFAD como materias primas para biocombustibles a partir de 2023.

Verdemar-Ecologistas en Acción del Campo de Gibraltar organizará una acción artística frente a la refinería de Cepsa en San Roque, Cádiz, el sábado 7 de noviembre por la mañana para mostrar la responsabilidad que tienen las empresas petroleras en la destrucción de hábitats de incalculable valor y la extinción de especies como el orangután de Borneo. También denunciarán el impacto ambiental que generan este tipo de plantas en los territorios como el Campo de Gibraltar. Ni palma ni soja