El Gobierno de Nicaragua agradeció este lunes al papa Francisco sus oraciones por una solución pacífica a la crisis sociopolítica que vive el país desde hace casi un año y que ha dejado cientos de muertos y de detenidos.

“Ayer domingo tuvimos la bendición de contar con las oraciones del santo padre”, destacó la vicepresidenta y primera dama del país, Rosario Murillo, a través de medios oficiales.

El papa Francisco urgió a encontrar una solución pacífica “por el bien de todos” en la mesa de negociación entre el Gobierno de Nicaragua y la alianza opositora.

El pontífice aludió a la situación en Nicaragua tras el rezo del Ángelus dominical, cuando recordó ante los fieles que desde el 27 de febrero se dan en ese país centroamericano “importantes negociaciones para resolver la grave crisis socio-política”.

Desde la ventana del Palacio Apostólico, aseguró que acompaña con la oración esa iniciativa y animó a las partes “a encontrar en la mayor brevedad una solución pacífica por el bien de todos”.

“Queremos agradecer al santo padre, reconocer el tiempo que se toma en medio de tantas complejidades y de su atención sobre todo el mundo, el tiempo que se toma para pensar en Nicaragua y para elevar sus oraciones al Altísimo por el bien del pueblo nicaragüense y de las familias nicaragüenses”, dijo Murillo.

“Queremos agradecer profundamente ese gesto hermosísimo y ese acompañamiento también hermoso, y por supuesto, ese acompañamiento que también debemos hacer fructífero en respuesta a esa cercanía que el santo padre siempre ha mostrado con nuestro pueblo”, continuó.

Asimismo, agradeció al nuncio apostólico en Nicaragua, Waldemar Stanislaw Sommertag, que actúa como testigo y acompañante de ese proceso, por su dedicación al mandato del papa Francisco.

Nicaragua está inmersa en una crisis como consecuencia de las protestas callejeras que estallaron el 18 de abril de 2018 por una impopular reforma del seguro social.

En las manifestaciones se exige la renuncia del presidente Daniel tras casi doce años en el poder de forma consecutiva.

Esta situación ha causado 325 muertos y cientos de presos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, aunque algunos organismos humanitarios locales elevan a 561 las víctimas mortales, además de actos violentos y ataques también a los obispos del país.

El Ejecutivo de Daniel Ortega solo reconoce 199 víctimas mortales y denuncia un supuesto intento de golpe de Estado.

Desde el 27 de febrero pasado el Gobierno y la oposición participan de una mesa de negociaciones para buscar una solución a esta situación de violencia.

Este proceso cuenta como mediadores con la Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos, representada por el exguerrillero tupamaro y exministro de Defensa de Uruguay Luis Ángel Rosadilla, así como el nuncio apostólico en el país, Waldemar Stanislaw Sommertag.

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