Se confirma lo que todo el mundo sabía: la cúpula de Interior del PP manipuló informes y usó a medios afines para desprestigiar a Podemos con acusaciones falsas
La cúpula de Interior del Partido Popular parece haber movido los hilos de la maquinaria estatal para ejecutar una estrategia de difamación contra Podemos, el partido emergente que amenazaba con sacudir los cimientos de su poder en las elecciones de 2015. Informes recientes enviados por la Unidad de Asuntos Internos al juez Santiago Pedraz revelan la existencia de dos investigaciones “secretas”, denominadas “Venus” y “Bolívar”, que, sin orden judicial y bajo el mando del comisario Eugenio Pino, se dedicaron a intentar desacreditar a los líderes de la formación. Estas operaciones, filtradas a medios afines al PP y basadas en pruebas fraudulentas, ponen de manifiesto una preocupante connivencia entre las instituciones y ciertos sectores mediáticos.
El Partido Popular, desde su posición en el Ministerio del Interior, no dudó en espiar y criminalizar a las personas que representaban una amenaza a su hegemonía. Francisco Vázquez, entonces secretario de Estado de Seguridad, dejó clara su intención de “encontrar algo” que pudiera incriminar a los líderes de Podemos, recurriendo a un abanico de tácticas que iban desde falsificaciones de informes hasta consultas a bases de datos policiales. En cada paso de esta estrategia, queda patente la disposición de Interior a emplear el aparato del Estado en su propio beneficio político.
OPERACIÓN VENUS: EL INTENTO FALLIDO DE INCRIMINAR A PABLO IGLESIAS
El 12 de enero de 2016, OKDiario difundió un supuesto informe confidencial de la Policía que acusaba a Pablo Iglesias de recibir dos millones de euros de Irán. Este informe, carente de autoría identificada y que ninguna institución respaldó oficialmente, fue el inicio de la Operación Venus. Días después, Interior ordenó verificar la “veracidad” del documento. El propio comisario jefe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) se apresuró a denunciar el supuesto caso de financiación ilegal ante el Tribunal de Cuentas. Sin embargo, el contenido del informe resultó ser una fantasía orquestada por el aparato de Interior, un montaje que diez meses después quedó en nada al no encontrarse ningún indicio de delito.
Durante la investigación, se accedió de forma sospechosa y sin justificación a datos personales y antecedentes policiales de Iglesias y otros dirigentes de Podemos. La inspectora de la UDEF a cargo incluso advirtió de la “sensibilidad” de los datos investigados. No obstante, las pesquisas avanzaron a pesar de la evidente falta de pruebas. La Operación Venus no era más que un engaño cuidadosamente fabricado para influir en la opinión pública, un intento deliberado de manchar la reputación de los líderes de Podemos en los titulares de los medios antes de que la investigación siquiera estuviera concluida. Esta práctica de atacar a un partido político desde las instituciones del Estado, sin pruebas y a espaldas de la justicia, muestra una corrupción institucional de enorme envergadura.
OPERACIÓN BOLÍVAR Y LA SUPUESTA FINANCIACIÓN DE VENEZUELA
Simultáneamente a la Operación Venus, otra investigación secreta, conocida como Operación Bolívar, buscaba vincular a Podemos con fondos provenientes de Venezuela. Según el informe, un exfuncionario venezolano afirmaba que Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero y Jorge Verstrynge habían recibido pagos millonarios a cambio de asesorías políticas. El diario Abc se apresuró a publicar estas “pruebas” antes de que siquiera hubiera terminado la investigación, y pese a las advertencias de la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal (UCDEF) de que no había pruebas concluyentes.
La Operación Bolívar concluyó de la misma manera que Venus: sin pruebas, sin sustancia y sin bases para presentar cargos judiciales. Sin embargo, la Dirección Adjunta Operativa de la Policía se mostró incansable en su intento de fabricar pruebas contra Iglesias. En un documento entregado a la UCDEF, aseguraron que en 2014 el Gobierno de Maduro había ordenado una transferencia de más de 272,000 dólares a una cuenta de Iglesias en un paraíso fiscal. OKDiario se apresuró a publicar esta información como si fuera un hecho. Sin embargo, el 19 de julio, la policía declaró que las pruebas no tenían entidad suficiente para sustentar una acusación. Una vez más, la falta de rigor no impidió que las acusaciones mancharan la imagen de Podemos en los medios antes de que se conociera la verdad.
EL PAPEL DE LOS MEDIOS EN LA ESTRATEGIA DE DESPRESTIGIO
Los medios afines al Partido Popular no solo actuaron como meros observadores, sino que participaron activamente en la campaña de difamación. Informaciones carentes de pruebas, documentos anónimos y datos inventados fueron presentados como hechos comprobados en las portadas de algunos periódicos y portales digitales. Esta alianza entre medios y fuerzas policiales para intoxicar la opinión pública no es solo una muestra de mala praxis periodística, sino una grave amenaza para la democracia y el Estado de derecho.
Las investigaciones, lejos de desvelar conexiones criminales, revelan la extensión de los tentáculos de Interior y la facilidad con la que ciertos medios pueden ser utilizados como armas de manipulación. La falta de rigor y ética en este proceso habla de un sistema que permite que la desinformación y las campañas de desprestigio envenenen la democracia y se utilicen como herramientas políticas.