La imparable violencia contra las mujeres.
Según informes de Naciones Unidas, la violencia de pareja es el tipo más común de violencia de género y afecta al 30 % de las mujeres en todo el mundo. Esto la convierte en una pandemia mundial. Para la Agencia de Salud Sexual y Reproductiva de Naciones Unidas, si el confinamiento a causa de la Covid-19 continúa, en los próximos meses se producirán 31 millones de casos de violencia doméstica en el mundo.

El mensaje «quédate en casa» se convirtió para muchas mujeres en una sentencia de muerte, en el peor de los casos y, en otros, en una violación de sus derechos. Durante la cuarentena domiciliar obligatoria, a las mujeres con historia de maltrato les tocó vivir las 24 horas junto a su agresor, aisladas, sin recursos y sin posibilidad de huir debido a las restricciones de movilidad, lo que en muchos casos resultó en muertes.

En el contexto de la pandemia y el confinamiento, socios locales de Manos Unidas han alertado del dramático repunte de feminicidios en el continente americano, con las parejas o exparejas de las víctimas como perpetradores de estos delitos. Por ejemplo, en Ecuador, El Salvador o Perú, este tipo de casos supera el 85 % del total de las muertes de mujeres, cifra que ha venido incrementándose en las actuales circunstancias. En El Salvador, solo en el primer mes de cuarentena –de marzo a abril de 2020–, se produjeron 26 asesinatos de mujeres a mano de sus parejas y, en México, 22 mujeres murieron en el mismo periodo y por las mismas causas.

Asimismo, hay otras consecuencias del confinamiento para las mujeres que han sufrido violencia y que las estadísticas no recogen, como son el deterioro de su salud, violaciones, depresiones, problemas de alcoholismo o infecciones de transmisión sexual; consecuencias que no están siendo atendidas por unos sistemas sanitarios enfocados exclusivamente en la lucha contra el virus.

El confinamiento en América Latina también ha revelado la debilidad de los Estados y de los sistemas de protección para frenar la violencia hacia las mujeres y defender sus derechos. Como informan algunas de las organizaciones apoyadas por Manos Unidas, aquellas mujeres que han buscado ayuda ante las autoridades se han enfrentado a oficinas policiales centradas en el cumplimiento de la cuarentena, así como a juzgados cerrados y desatención de denuncias.

La otra pandemia: la violencia contra las mujeres
La otra pandemia: la violencia contra las mujeres

Diferentes formas de violencia contra las mujeres

Se estima que el 35 por ciento de las mujeres de todo el mundo ha sufrido violencia física y/o sexual por parte de un compañero sentimental o violencia sexual por parte de otra persona distinta a su compañero sentimental (estas cifras no incluyen el acoso sexual) en algún momento de sus vidas. Sin embargo, algunos estudios nacionales demuestran que hasta el 70 por ciento de las mujeres ha experimentado violencia física y/o sexual por parte de un compañero sentimental durante su vida. Los hechos demuestran que las mujeres que han sufrido violencia física o sexual por parte de un compañero sentimental presentan tasas más altas de depresión y más posibilidades de tener un aborto o de contraer el VIH que las que no han experimentado este tipo de violencia.

De acuerdo con un estudio plurinacional realizado en cuatro países de Oriente Medio y el África del Norte, cuyos resultados son similares a los de otras regiones, los hombres que durante su infancia presenciaron un comportamiento violento de su padre hacia su madre o sufrieron alguna forma de violencia doméstica presentan una probabilidad notablemente superior de actuar de forma violenta como compañeros sentimentales en las relaciones mantenidas en su vida adulta. Por ejemplo, en Líbano, la probabilidad de cometer actos de violencia física es tres veces superior entre los hombres que vieron a su padre pegarle a su madre durante su infancia que en el caso de los que no presenciaron esta situación.

Se estima que de las 87,000 mujeres que fueron asesinadas globalmente en el 2017, más de la mitad (50,000-58 por ciento) fueron matadas por sus parejas o miembros familiares. Lo que quiere decir que 137 mujeres alrededor del mundo son asesinadas a diario por un miembro de su familia. Más de un tercio (30,000) de las mujeres asesinadas en el 2017 fueron exterminadas por su actual o expareja.

Las mujeres adultas representan casi la mitad el (49 por ciento) de las víctimas de trata de seres humanos detectadas a nivel mundial. En conjunto, las mujeres y las niñas suponen cerca del 72 por ciento, siendo las niñas más de tres de cada cuatro víctimas infantiles de la trata. Más de cuatro de cada cinco mujeres y casi tres de cada cuatro niñas víctimas de trata lo son con fines de explotación sexual.

Se calcula que hoy hay en el mundo 650 millones de mujeres y niñas que se casaron antes de cumplir los 18 años. Durante la última década, la tasa mundial de matrimonios infantiles se ha reducido. En el sudeste asiático ocurrió la mayor reducción durante este período, del 49 al 30 por ciento. Sin embargo, 12 millones de niñas menores de 18 años son casadas cada año en África Subsahariana —donde esta práctica nociva es más habitual— casi cuatro de cada diez mujeres jóvenes se casaron antes de cumplir 18 años. El matrimonio infantil suele dar lugar a embarazos precoces y al aislamiento social, interrumpe la escolarización, limita las oportunidades de las niñas y aumenta su riesgo de sufrir violencia doméstica.

La lacra de la mutilación genital femenina

Como mínimo, 200 millones de mujeres y niñas entre 15 y 19 años de edad han sufrido la mutilación genital femenina en los 30 países en los que existen datos representativos sobre prevalencia. En gran parte de estos países, la mayoría de las niñas fueron mutiladas antes de cumplir los cinco años. Más de 20 millones de mujeres y niñas en tan sólo siete países (Egipto, Sudán, Guinea, Dijbouti, Kenya, Yemen y Nigeria) han sufrido la mutilación genital femenina a manos de un proveedor de cuidados médicos.

Debido a los movimientos de población, la mutilación genital femenina está adoptando una dimensión internacional, sobre todo entre las mujeres y niñas migrantes y refugiadas

Además, unos 15 millones de muchachas adolescentes (de entre 15 y 19 años) de todo el mundo han sido obligadas a mantener relaciones sexuales forzadas (coito u otras prácticas sexuales forzadas) en algún momento de sus vidas. En la inmensa mayoría de los países, el principal riesgo para las adolescentes es verse obligadas a mantener relaciones sexuales por su pareja o expareja, ya sean novios, compañeros sentimentales o maridos. Según los datos recogidos en 30 países, solamente el 1 por ciento de ellas ha buscado ayuda profesional.

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