El expresidente francés, Nicolás Sarkozy, ha sido condenado este lunes a tres años de prisión, de los que solo tendrá que cumplir uno y podrá hacerlo bajo vigilancia domiciliaria, por corrupción y tráfico de influencias. El tribunal le acusa de utilizar sus influencias para conseguir información confidencial de una investigación abierta contra él: la supuesta financiación ilegal de su campaña para convertirse en presidente en 2007.
Es la primera vez en la historia de la V República que un ex jefe de Estado es condenado por delitos tan graves. El único precedente es el de Jacques Chirac, pero éste, protegido durante mucho tiempo por su condición de jefe de Estado, no fue condenado hasta 30 años después de cometidos los delitos que se le imputaban.
Sarkozy ya ha anunciado que ha recurrido la sentencia y se ha mostrado dispuesto a llegar hasta el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. “No puedo ser condenado por algo que no he hecho”, ha señalado.
Periodistas de ‘Le Parisien’ indignados sobre la protección a Sarkozy
La redacción de Le Parisien ha mostrado su indignación ante una editorial de la dirección del periódico que ataca a la Justicia tras la condena de Sarkozy, en un mundo donde la prensa francesa padece de independencia editorial e incluso es objeto de instrumentalización, manipulación o censura.
Aunque los periódicos han quedado en gran medida bajo control de multimillonarios, hay que alabar a los periodistas que ejercen libremente su profesión e informan de forma libre y honesta a los ciudadanos que los leen. Es por ello, que todo acto de resistencia o rebeldía, como el de la redacción de Le Parisien, merece ser bien recibido.
El pasado martes 2 de marzo, la editorial publicaba una noticia sobre la condena de Nicolas Sarkozy por corrupción y tráfico de influencias, donde el director del periódico, Jean-Michel Salvator, critica las “decisiones judiciales” que se han vuelto, a su juicio, “más graves o de una intransigencia implacable”, tal y como recoge infoLibre.
Horas más tarde, los sindicatos SNJ, SNJ-CGT, SGJ-FO, SNPEP-FO, SGLCE-CGT; la Sociedad de Periodistas (SDJ) y el colectivo de mujeres del periódico difundían un comunicado de prensa conjunto para desvincularse “de este texto, cuyo contenido no corresponde a los valores que Le Parisien defiende desde hace 77 años”.
Los firmantes se quejan de que “no corresponde a nuestro periódico opinar sobre una decisión judicial. Arrojar luz sobre sus consecuencias, sí. El resto es opinión”.
Y añaden: “El director de la publicación minimiza a continuación los hechos que se imputan al expresidente de la República: ‘Se acusa a Nicolas Sarkozy de haber sopesado apoyar la promoción de un magistrado (que no se materializó)’. Jean-Michel Salvator no lo ignora, desde el punto de vista jurídico, no es necesario que el beneficio se haya materializado para que se tipifique el delito de corrupción”.
Los firmantes señalan también que: “El director de la redacción se refiere a continuación, torpemente y con indulgencia, a la condena de Georges Tron, ‘por agresión sexual, a cinco años de prisión, de los cuales tres en firme’, omitiendo la condena por violación con agravantes, un delito castigado con 20 años de prisión y que en este caso fue decidido por un tribunal de primera instancia y un jurado popular. Además de omitir parte de la realidad, el argumento contradice el compromiso adquirido por la dirección, en la carta de igualdad firmada el pasado mes de noviembre, de ‘prestar especial atención a la utilización del vocabulario adecuado al tratar la violencia contra las mujeres'”.
Por ello, insisten en “reafirmar los principios de nuestra profesión: presentar los hechos, permitir la expresión de puntos de vista contradictorios, analizar… y no orientar los elementos fácticos de forma partidista al servicio de quién sabe qué intereses” y piden ser recibidos por Jean-Michel Salvator para pedirle aclaraciones y garantías de que se respetará la integridad de la labor informativa de la redacción.
Como señala infoLibre, esta declaración es inédita en el mundo de la prensa parisina, en donde el presidente francés Emmanuel Macron ha multiplicado las leyes que limitan la libertad de prensa y el derecho a saber de los ciudadanos.
En la redacción de Le Parisien, muchos piden una asamblea general o someter a la dirección del periódico a una moción de confianza. Además, en los sindicatos SDJ y el SNJ, se estudia la idea de exigir la supresión del editorial del periódico, que ha convertido a Le Parisien en un instrumento de propaganda, pero desviándolo al servicio de los intereses del riquísimo accionista del periódico y sus amigos políticos, como dice claramente infoLibre.
En Francia, muchos medios de comunicación han luchado sin descanso contra la Justicia para proteger a Nicolas Sarkozy de la mejor manera posible. El periodista Nicolas Beytout en Europe 1 señalaba: “Para ser respetada, la Justicia no debe estar bajo sospecha. Pero en la condena de Nicolas Sarkozy, todo es sospechoso”. Élisabeth Lévy, columnista de Sud Radio, decía: “Este juicio insensato hace que me den ganas de votar a Sarko”.
Pero además los medios de comunicación no solo benefician a líderes políticos, lo han hecho también con Bernard Tapie al que nadie le pregunta sobre el dinero que obtuvo fraudulentamente y por el que todavía no ha devuelto el más mínimo céntimo al Estado, cinco años después de su condena o con Carlos Ghosn, huído a Líbano para escapar tanto de la Justicia japonesa como de la francesa.