MasterChef 11, uno de los programas culinarios más populares en España, vuelve a estar en el ojo del huracán tras las acusaciones de una comensal que participó en la última emisión grabada en el Oceanografic de Valencia.
Irene, una trabajadora del lugar que fue invitada a participar en la prueba de exteriores, ha denunciado en sus redes sociales que más de la mitad de los 70 comensales que asistieron a la grabación acabaron intoxicados.
Irene relata que, tras la grabación, tuvo que acudir a urgencias para que le inyectasen Primperan en el culo para poder cesar de vomitar. Además, perdió 5 kilos en tres días. Según su versión, su empresa informó a MasterChef de lo sucedido y los siguientes días no pudieron ir a trabajar. También se pusieron en contacto con Salud Pública para investigar lo sucedido, pero al parecer no llegó a nada.
Ante estas acusaciones, la productora de MasterChef, Shine Iberia, ha emitido un comunicado lamentando la indisposición que manifestaron algunos de los comensales que asistieron a la grabación y asegurando que se estuvo en contacto en todo momento con el Oceanogràfic, al tratarse de personal de la compañía. Según la productora, se trata de un caso excepcional en los 11 años de MasterChef en España, ya que garantizar el cuidado alimentario de las personas que intervienen en el programa es una prioridad absoluta.
Shine Iberia ha insistido en que los alimentos que se utilizaron en el exterior de Valencia fueron analizados en origen con resultados positivos y se garantizó su trazabilidad en todo el proceso, tal y como se informó y documentó a las autoridades sanitarias competentes cuando tuvieron conocimiento de los hechos.
Irene, por su parte, pide disculpas por haber compartido su experiencia en las redes sociales y asegura que no quiere perjudicar al programa ni a nadie en particular, simplemente quiere que se haga justicia y se asuman las responsabilidades correspondientes. También pide un poco de “decencia” al programa para pedir disculpas y demostrar un poco de humanidad.