Cuando el señor Escrivá habló de que el sistema público de pensiones era sostenible y aclaró que lo era apoyado en tres pilares, no aclaró muy bien a qué se refería.
Esos 3 pilares de los que hablaba el señor ministro son:
- El primer pilar: la cobertura a través del estado. Es decir, las cotizaciones a la seguridad social.
- El segundo pilar: la previsión social empresarial.
- El tercer pilar: la previsión individual.
Vamos a centrarnos en EL TERCER PILAR, ese que llaman PREVISIÓN INDIVIDUAL y que no es más que un eufemismo por PLAN DE PENSIONES INDIVIDUALES (privados) que, a su vez, es un eufemismo por FONDO DE INVERSIÓN SIN GARANTIAS Y ENCANDENADO. A continuación lo explico:
Empiezo por aclarar que no hablamos de una pensión, sino de una inversión. Nadie te garantiza nada, aunque te digan que sí lo hacen. No te fíes.
Este es uno de los 3 tipos de planes de pensiones que existen dependiendo de quienes lo promuevan y que coinciden con los pilares de los que hablaba el ministro Escrivá:
- Planes de pensiones individuales: los promueven las entidades financieras y sus titulares son las personas físicas.
- Planes de pensiones de empleo: Son los PPE. Esos que tanto gustan al ministro y al gran capital, ya que el dinero de tu supuesta futura pensión va a manos del gran capital directamente.
- Planes de pensiones asociados: los promueven sindicatos, asociaciones o gremios y sus titulares son sus propios miembros o afiliados. Solo los titulares pueden aportar al plan de pensiones. Los EPSVs son su mejor ejemplo.
Luego está la tan traída y llevada MOCHILA AUSTRIACA, pero no se puede asociar, claramente, a ninguno de estos 3 pies.
Otro día hablaré de los dos últimos. Hoy lo hago del primero de ellos: El Plan de pensiones individual.
Pero vamos a empezar por ver si puedes suscribirlo:
Para suscribir un plan privado de pensiones, uno de estos que venden como uno de los pilares que te permitirá tener vida digna cuando te jubiles, tienes que disponer, ahora y durante muchos años, de dinero sobrante todos los meses (también vale anual pues las aportaciones puedes hacerlas libremente, eso sí).
Con los cada vez más precarios salarios, disponer de un sobrante de dinero es un lujo que muy pocos pueden permitírselo. No nos hace falta hacer números para darnos cuenta de ello.
Pero, aún así, voy a seguir adelante con mi explicación.
Vamos a suponer que consigues ahorrar, para aportar a ese PLAN, unos 2000 euros anuales.
Tienes una ventaja fiscal: esos 2000 euros es, a la hora de hacer la declaración de la renta, como si no los hubieras ganado, puesto que se deducen de la base imponible.
No puedo decirte el ahorro que eso implica porque depende de cómo saldría la declaración antes de aplicar esta deducción de la base.
De todos modos, no te preocupes, sea lo que sea lo que deduces, ahora que tienes algo de dinero, ya lo pagarás, precisamente, cuando no lo tengas, porque lo cobres como lo cobres (de una vez o mes a mes) se sumará como rendimientos del trabajo. Y eso se aplica a TODO el importe, no solo a las plusvalías, como pasa con otros productos financieros. Es decir, pagarás dos veces por ese dinero. Uno cuando lo has ganado y otro cuando lo recuperes tras tu jubilación.
Vamos a suponer que sigues aportando esos 2000 euros durante 30 años de vida laboral, por usar una media muy acorde con la que corresponderá a los trabajadores que se están incorporando al mercado hoy en día.
También vamos a suponer que necesitarás, cuando te jubiles, unos 15.000 euros anuales para vivir (no aplico plusvalías ni ajusto importes para no convertir esto en una clase de economía, porque no procede, ya que llega con lo que comento para entender lo que quiero hacer ver).
Si te jubilas a los 65 años y quieres vivir de ese plan de pensiones, si vives hasta los 75 años, habrías necesitado 150.000 euros.
Si ahorras a razón, como dijimos, de 2000 euros anuales, para juntar esos 150.000 euros tendrías que haber estado ahorrando 75 años. Te advierto que no cuentes con los intereses que, por mucho que fueran, no convertirían 30 años de ahorro en 75.
Un dato: en los últimos años la rentabilidad ha permitido, como mucho, salvar la inflación y pagar los gastos de gestión. Muchas veces esa rentabilidad es negativa. Es decir, que acabas con menos de lo que aportaste.
¡Ah! Y esos 150.000 se te acabarían al cumplir los 75 años. A partir de ahí ya puedes ponerte a solicitar ayudas sociales para poder comer, porque la pensión privada… SE ACABÓ.
Sería conveniente que dejásemos de creernos todo lo que nos dicen y empecemos a hacer nuestras propias cuentas.
Vamos a distinguir primero entre los tipos de planes privados de mayor o menor riesgo, dependiendo de si te garantizan que al menos recuperarás lo que guardes, o que te aventures a jugar a la suerte cual si de un casino se tratase. Eso ya depende de ti.
En resumen, hay 4 tipos diferentes:
- Planes de pensiones de renta fija. (Suelen invertir en Letras del Tesoro y similares). La rentabilidad suele ser muy baja.
- Planes de pensiones de renta variable. (Invierten en fondos y en acciones. El riesgo es algo mayor y la rentabilidad puede ser algo mayor también, pero solo PUEDE ser. No está garantizada esa rentabilidad).
- Planes de pensiones mixtos. Es una mezcla de los dos anteriores (invierte en bolsa y en Letras del Tesoro. Sigue sin garantizar rentabilidad de ningún tipo. Ni siquiera garantiza que no pierdas parte de tu dinero).
- Planes de pensiones garantizados. Solo garantiza el capital. Nunca la rentabilidad. Es más, no garantiza el total del capital. Hay que leer, siempre, la letra pequeña.
Es importante que tengas claro que este producto te puede permitir ganar… pero también perder.
En el caso de que dispongamos de excedentes de ingresos, ¿debemos suscribir un plan de pensiones?
Te doy mis razones para no hacerlo:
- NO DEBEMOS SUSCRIBIRLO porque, para que te garantice una vejez digna, las cantidades aportadas y el tiempo de aportación ha de ser tan elevado que lo convierte en inviable para la mayoría de los trabajadores de este país. Y eso si la rentabilidad es positiva, porque este producto no deja de ser un fondo sujeto a las fluctuaciones del mercado.
- NO DEBEMOS SUSCRIBIRLO porque nadie nos garantiza una rentabilidad, ni siquiera te garantizan que recuperes el total del capital aportado.
- NO DEBEMOS SUSCRIBIRLO porque la supuesta desgravación fiscal no es desgravación sino diferimiento, ya que pagarás cuando lo recuperes. Más si lo recuperas todo junto, menos si lo recuperas año a año, pero, sea como sea, PAGARÁS.
- NO DEBEMOS SUSCRIBIRLO por las altas comisiones que nos cobrarían por gestión y mantenimiento.
- NO DEBEMOS SUSCRIBIRLO porque, aun en el caso de necesitar el dinero acumulado, no podrás tocarlo hasta tu jubilación (salvo en casos excepcionales y previo el correspondiente papeleo). Recuerda que, sea como sea, no podrás recuperar nada que no lleve 10 años invertido.
- NO DEBEMOS SUSCRIBIRLO porque es totalmente insolidario con la clase trabajadora, ya que ese dinero, en vez de estar produciendo para la ciudadanía, lo hará para el gran capital.
Por supuesto que con tu dinero haces lo que quieres, pero es bueno que sepas todo esto antes de contratar uno de estos productos.
Recuerda:
LO NUESTRO ES LO PÚBLICO.
Julia Castillo
Activista social.
Miembro de COMANDO POR LO PÚBLICO.
Si quieres ver un pequeño video donde se explica, de manera muy resumida, lo que aquí quise explicar, pulsa en este enlace: La URL del video, en el canal de Youtube de COMANDO POR LO PÚBLICO es: