El PP ha cerrado un pacto con tres diputados tránsfugas de Ciudadanos para frenar la moción de censura presentada por el PSOE y Cs en Murcia. A partir de ahora serán tres bocas bien alimentadas: Isabel Franco, Valle Miguélez y Francisco Álvarez entran al Gobierno regional presidido por Fernando López Miras.
En una comparecencia a mediodía, López Miras ha anunciado ese nuevo Gobierno que incluye a los tres tránsfugas dentro del Ejecutivo autonómico, y ha pedido al PSOE y Cs que retiren su moción porque ya no dan los números. Precisamente Franco ha comparecido junto a López Miras: “No nos vamos a ir a ningún sitio, el Gobierno va a continuar. No es el momento de política, sino de la responsabilidad”. Franco ha intentado justificarse diciendo que se dio cuenta “horas después” de que personas de su partido se estaban repartiendo “sillones” de un nuevo Gobierno “muy lejos, en Madrid”.
“Votaremos en contra de la moción porque estamos obligados a respetar a los ciudadanos de la Región y el compromiso de servicio público que asumimos hace dos años”, ha ahondado Franco, quien ha asegurado que firmó el texto de la moción de censura “por disciplina de partido”.
“A mí no me eligieron para entregar el Gobierno a Pedro Sánchez y mucho menos para traicionar a los murcianos por ambiciones personales”, ha señalado la tránsfuga.
Un PP crecido a pesar de las prácticas mafiosas
El líder del PP, Pablo Casado, ha tirado de Twitter para presumir de que “la Región de Murcia seguirá teniendo un Gobierno que defienda la libertad y el bienestar de todos”. “Desde el Partido Popular continuamos trabajando por lo que más importa: España y los españoles”, ha añadido.
Eso sí, desde el PP se rechaza la idea que estos diputados de Cs sean tránsfugas y argumentan que “son diputados de Ciudadanos que apoyan a un Gobierno en el que está Cs”. “Se había planteado una auto moción por orden de Arrimadas y ha sido un fracaso”, inciden las fuentes.
Ciudadanos expulsará a los tránsfugas
Cs ya ha iniciado un expediente de expulsión a los tres diputados que han apoyado al presidente murciano. La coordinadora naranja en la Región de Murcia, Ana Martínez Vidal, ha avanzado que se expulsa del partido a los diputados nombrados consejeros por el presidente de Murcia: “Cada uno de los 45 diputados tendremos que decidir entre corrupción o dignidad, una dignidad que para algunos [Isabel Franco, Valle Miguélez y Francisco Álvarez] tiene un precio: 76.000 euros anuales y un chófer en la puerta”.
Los seis diputados de Cs en el Parlamento murciano habían firmado la moción de censura el martes por la noche libre y voluntariamente. “Comprometieron su voto a favor y durante dos días han ratificado constantemente esa voluntad. Los que hoy han dado este paso tendrán que retratarse ante todos y ante la palabra dada. Nuestros afiliados y votantes sienten vergüenza ante esta subasta de voluntades”, ha señalado.
También ha desvelado que la formación naranja ha ofrecido un acuerdo a los tres diputados de Vox en el parlamento autonómico expulsados del partido para que apoyen la moción de censura de Cs y socialistas.
El portavoz adjunto de Cs en el Congreso, Edmundo Bal, ha acusado al PP de “haber comprado tres bocas” -en referencia a tres diputados de Cs en la región de Murcia- para tapar su corrupción en la región: “Nadie puede tener la más mínima duda de que se han vendido, el PP ha comprado su silencio”.
Además, ha hecho un llamamiento a todos los diputados de la Asamblea de Murcia, incluidos los cuatro que fueron elegidos en las listas electorales de Vox, para que apoyen la moción de censura que el PSOE y Cs han presentado contra el PP, partido con el cual la formación naranja compartía el Gobierno hasta ahora.
Enfado en el PSOE
El PSOE ha acusado al PP de “prácticas mafiosas” y corromper la política incumpliendo el pacto contra el transfuguismo y propiciando un “tamayazo” en Murcia.
Señalan que esta situación evidencia que sigue siendo “el PP de siempre”. Aluden así a la situación vivida en la Comunidad de Madrid en 2003 cuando dos parlamentarios del PSOE se abstuvieron en la segunda votación de investidura del socialista Rafael Simancas como presidente autonómico e impidieron su elección, el famoso ‘Tamayazo’.