Las presiones de grupos de poder político y económico y del crimen organizado limitan la independencia judicial y debilitan el Estado de derecho en Honduras, alertaron este miércoles expertos en un foro sobre justicia.
“Constitucionalmente los jueces deben ser independientes, pero en la práctica para nadie es un secreto que hay diferentes sectores que tratan de intervenir en las decisiones judiciales (y) presionar para que se actúe de una u otra forma”, dijo a Efe el expresidente de la Asociación hondureña de Jueces por la Democracia Mario Díaz.
Agregó que “no se puede ocultar” que en el país hay una “precariedad” en cuanto a que el Poder Judicial se desarrolle en forma independiente debido a las presiones de los grupos de poder o criminales.
Díaz aboga porque en Honduras exista una “adecuada separación de poderes”, que “se respeten mutuamente” y “dejar que el juez actúe autónomamente”.
El experto considera que “no es fácil” lograr la separación de los poderes del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), pese a que la Constitución de la República lo establece.
“En la práctica, nosotros vemos que hay influencia de toda naturaleza (…), de carácter político y hasta del crimen organizado”, subrayó.
La falta de independencia judicial, en su opinión, puede causar “una perturbación” en las actuaciones de los tres poderes del Estado.
El juez debe “actuar con independencia”, ser “imparcial” y entender que esa libertad es una “garantía” para la sociedad, enfatizó.
“Si no hay independencia judicial, no hay Estado de Derecho”, ya que la primera “es un pilar fundamental”, subrayó Díaz, quien participó en Tegucigalpa en el foro: “La independencia judicial como garantía del Estado de derecho”.
Para el sociólogo y analista hondureño Eugenio Sosa, la falta de independencia del sistema judicial pasa porque en los poderes de Honduras siguen prevaleciendo “las relaciones clientelares y familiares”.
“Mientras se elijan en el Poder Judicial funcionarios que respondan a este tipo de redes, de alguna manera van a estar sirviendo a un determinado amo o caudillo”, dijo Sosa a los periodistas.
Añadió que la “falta o débil” independencia judicial en el país “tiene que ver con el tema profundo de cómo funciona el Estado hondureño, la sociedad y la democracia”.
Sosa destacó que combatir la corrupción y la impunidad son “pequeños pasos” para alcanzar la independencia judicial, pero se quieren “cambios muy profundos” en materia política.
“Es un largo camino por recorrer; para empezar, hay que cambiar el sistema político y no es fácil, lleva mucho tiempo”, señaló.
Según Sosa, Honduras “nunca” ha tenido independencia en el sistema de justicia, ya que “la ley siempre se ha aplicado con una discrecionalidad terrible”.
El analista dijo que desconoce “si hay Estado de derecho en Honduras” y que “probablemente lo que hay son migajas”.
La jefa del Observatorio del Sistema de Justicia Penal de la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH), Cecilia Cortez, dijo en el foro que la independencia judicial “es un pilar de la democracia y el Estado de derecho”.
El foro fue auspiciado por el Observatorio del Sistema de Justicia Penal de la MACCIH, que depende de la Organización de Estados Americanos (OEA).