Este miércoles el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) publica su ‘Informe sobre la Brecha de Producción 2021’, en el que se analiza los planes de producción de combustibles fósiles a nivel mundial y en el que advierte que la producción y quema mundial de combustibles fósiles está alejada de los compromisos climáticos alcanzados en el Acuerdo de París.

Según el estudio, elaborado junto a reconocidos institutos de investigación, los gobiernos planean producir en 2030 una cantidad de combustibles fósiles más de dos veces superior, un 110%, de lo que sería coherente con el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5ºC. Tampoco cumplirían con el objetivo de no sobrepasar los 2 ºC, ya que la producción prevista estaría un 45% por encima de lo deseable.

Los países del G20, responsables del 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero

Todos los países del G20, responsables del 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), se comprometieron, mediante el Acuerdo de París, a hacer todo lo posible para no superar este último límite, que  según el último informe del IPCC, podría superarse a mediados o finales de siglo en un escenario de emisiones altas o muy altas.

«La producción mundial de combustibles fósiles debe comenzar a disminuir inmediata y abruptamente para ser coherente con la necesidad de limitar el calentamiento del planeta a largo plazo», expone el texto, cuyos datos apenas han variado en los últimos años.

La producción de combustibles fósiles se dispara superando un 110% lo acordado para frenar la crisis climática
La producción de combustibles fósiles se dispara superando un 110% lo acordado para frenar la crisis climática

Sólo el carbón ha experimentado un descenso moderado en su extracción actual y en las proyecciones a futuro pero que no es suficiente para que el volumen de emisiones asociadas a este mineral no superen las 2 GtCO2/año para mantener la subida de temperaturas por debajo del umbral del 1,5º C. Para finales de década, si no hay un giro radical de las políticas energéticas globales, la quema de carbón estará un 240% por encima de los niveles requeridos por la ciencia y el Acuerdo de París.

En relación al petróleo se estima que para 2030 supere los 100 millones de barriles diarios cuando para reducir la huella ambiental se deberían generar como máximo unos 40 millones de barriles diarios.

La producción mundial de gas se prevé que sea la que más aumente entre 2020 y 2040, conforme a los planes de los gobiernos. En 2030, su producción podría estar un 73% por encima de las cantidades exigidas por la ciencia.

La pandemia de la covid 19 no ha movilizado las inversiones hacia las fuentes de energía renovable de la forma que se preveía, sino todo lo contrario: se han priorizado los proyectos de combustibles fósiles por encima de aquellos relacionados con energías limpias. De 1,8 billones de dólares que se suman de los paquetes de recuperación de estos Estados, sólo 300.000 millones han ido destinadas a las finanzas verdes y al desarrollo de las renovables, tal y como informa Público.

Para el Secretario General de la ONU, António Guterres «es urgente que todos los financiadores públicos, así como los privados, incluidos los bancos comerciales y los gestores de activos, trasladen su apoyo financiero del carbón hacia las renovables con el fin de promover la plena descarbonización del sector eléctrico y el acceso a las energías renovables para todos”.

En mayo, la Agencia Internacional de la Energía, un organismo que históricamente ha apoyado la industria de los combustibles fósiles, hizo su advertencia más dura al señalar que la explotación de gas y petróleo y su producción, deberá detenerse cuanto antes y las centrales eléctricas de carbón deberán cerrar antes de 2030.

Este mismo organismo publicó un informe hace una semana en el que concluye que las promesas climáticas actuales de todos los países conducen a reducir las emisiones solo un 20% del total necesario para 2030.

De los países que componen el G20 sólo Indonesia y Reino Unido tenían planes en 2019 que contemplaban una reducción drástica de la generación de petróleo y gas. Este martes, Reino Unido ha anunciado un plan para eliminar las calderas de gas de las viviendas del país financiando con 5.000 libras a los propietarios el cambio de instalación. Pese a ello, prácticamente todos los Gobiernos sigue apostando por estas fuentes de energía.

DEJA UNA RESPUESTA