La propuesta de Ramón Tamames como candidato a la moción de censura contra Pedro Sánchez ha sido objeto de atención mediática y ha generado suspicacias desde el principio. Ser un exdirigente de Izquierda Unida y del PCE y tener «cierta estima» por el presidente del Gobierno no parecían las características más idóneas para ser el candidato adecuado para la extrema derecha.
Ante esto, surge la pregunta de qué le prometió la formación de Santiago Abascal a Tamames para que se presentara a la moción de censura. Según fuentes cercanas a Vox la respuesta a esta pregunta pasa por un agente clave: la Fundación Disenso.
Esta sociedad privada actúa como un think tank del partido ultraderechista y celebra reuniones, conferencias y actos de diferentes naturalezas con personalidades cercanas al partido de extrema derecha.

En 2021, Ramón Tamames ya participó en un acto de esta fundación titulado «La primera cena de la batalla de las ideas» presidido por Fernando Sánchez Dragó, quien precisamente sugirió a Abascal la candidatura de Tamames.
De la Fundación Disenso es importante destacar dos características. Por un lado, la mencionada conexión de Tamames con la fundación y, por otro lado, su gran capital económico.
Por tanto, Tamames podría disfrutar, además del protagonismo y la exposición mediática que conlleva ser candidato en una moción de censura, de un importante montante económico.
La promesa de Vox habría sido darle la oportunidad de tener un espacio donde lucirse: el Congreso de los Diputados y de recibir una generosa suma económica que le permita vivir sus últimos años con comodidad.
El Plural ha intentado contactar con Tamames para preguntarle sobre estas filtraciones, pero por el momento no ha obtenido respuesta.
Es sorprendente que un exmilitante del PCE y de Izquierda Unida, como Ramón Tamames, acepte ser la punta de lanza de la extrema derecha contra Pedro Sánchez. Pero aún más sorprendente es que se haya filtrado su discurso, el cual, por su contenido y forma, podría poner en evidencia a Vox.
Por ello, fuentes cercanas al partido han expresado su preocupación ante dos rasgos que caracterizan a Tamames: sus inesperados giros de guion y sus ataques de ira de los cuales han recordado dos al citado medio.
El primer suceso se remonta a julio de 1994, en una cena-debate sobre el estado de los medios de comunicación en donde estaban presentes, entre otros, Alberto Ruiz-Gallardón, Josep Borrell y Tatsuo Yamaguchi, embajador japonés en España. Ramón Tamames tuvo un comportamiento inapropiado.
Todo transcurría con normalidad hasta que el periodista Francisco Eguiagaray comenzó a interrumpir y tratar mal a los ponentes, una actitud secundada por Tamames, quien trató a Yamaguchi como si fuera un toro haciendo onomatopeyas e interrumpiéndole para que terminase lo antes posible su intervención.
El embajador japonés mantuvo la calma con estoicismo. Eguiagaray continuó con su comportamiento poco profesional, hablando de Chernobyl y del Imperio Austrohúngaro, temas que nada tenían que ver con la ponencia. Gallardón, indignado, se levantó de la mesa, mientras que Tamames llegó a golpear en la cabeza a Eguiagaray. Tamames aseguró que eran incapaces de aceptar críticas.
En segundo lugar, menos de un año después de este suceso, Ramón Tamames sembró el caos en el aeropuerto de Jerez de la Frontera en Cádiz tras llamar a la terminal para solicitar que retrasaran unos minutos la salida de un avión para que le diera tiempo a llegar y no quedarse en tierra, ya que se había despistado y no iba a llegar a tiempo.
Su petición no fue aceptada y según fuentes del Departamento de Aviaco, Tamames reaccionó de manera histérica: arremetió contra una mesa, golpeó un mostrador y arrojó varios objetos al suelo.