Por Kris Dana

Uno de los colectivos más activos recientemente en Fuerteventura es la Plataforma por una Sanidad Digna Ya. Sus movilizaciones han sido duraderas y constantes en el tiempo. Consiguieron reunir a gran parte de la población en una manifestación el pasado año que logró reunir a más de 15.000 personas, algo nunca visto desde las protestas contra la extracción de petróleo cerca de nuestras costas. Extraordinario también si se tiene en cuenta la idiosincrasia de una isla, cuyas circunstancias favorecen la fragmentación social a causa de la gran extensión de la misma y la diversidad de procedencias.

Lo que demandan es tan razonable como necesario, y es que el grado de abandono y precariedad que sufre el servicio sanitario de Fuerteventura es algo que preocupa a toda la sociedad majorera, no solo a los profesionales del ámbito. La problemática es tan grave y los casos tan sangrantes que a pesar de tanto tiempo de lucha, las movilizaciones lejos de detenerse, van en aumento. Todo comenzó en torno a la grave situación que sufrían pacientes oncológicos, obligados a trasladarse constantemente de isla debido a la falta de profesionales. Mientras, el hospital seguía con instalaciones en barracones por obras eternas y las largas listas de espera no hicieron más que contribuir a la desesperación social, en vistas del deterioro de la sanidad pública y la derivación constante de personas y recursos a la privada. A esta lamentable situación se une el desbordamiento provocado por la masiva llegada de turistas y la falta de ambulancias medicalizadas operativas en la isla.

Ante semejante panorama, han surgido otras agrupaciones como Salud y Sonrisas o la Plataforma Sur por la Sanidad, donde los problemas se agravan aún más por la falta de conexión y las grandes distancias que suponen un obstáculo añadido en Fuerteventura. También surgió con fuerza en el otro extremo de la isla el colectivo de Súper Mamis de Corralejo, señalando las carencias de la zona norte, y en especial en el ámbito de pediatría. Estas mujeres coraje protagonizaron una de las protestas más vistosas hasta entonces, con una acción para reivindicar mejoras sanitarias en la que amamantaron a sus bebés durante la visita del presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo.

Este mes se han reanudado los actos de protesta. Lamentablemente, no estábamos todas. Algunas de las personas luchadoras que iniciaron la defensa de la sanidad en la isla han quedado en el camino. Julio es uno de los incansables compañeros que nos faltó en esta última concentración. También sentimos la ausencia de otra luchadora, Jaqueline, aunque su huella perdurará tenaz como su voluntad de contribuir a esta causa justa. Esta luchadora no dejó de advertir en todos los actos su intención de seguir defendiendo una sanidad digna hasta el final. Y así ha sido. Faltan otras como Esther, también asidua a las concentraciones y activista por la vivienda, que tampoco consiguió vencer la batalla al cáncer.

Esta última ocasión de encuentro ha servido para organizar nuevas jornadas de lucha, especialmente ante la campaña de desprestigio organizada para desacreditar las reivindicaciones con respecto a la sanidad en la isla. Los asistentes mostraron su preocupación ante el cuestionamiento que sufren por sus demandas y también el que recibe el personal sanitario, así como la agravante situación de los centros de salud. La sociedad civil organizada estará nuevamente concentrada durante la tramitación de presupuestos que se hará en el Cabildo de Fuerteventura próximamente. La única fuerza que nos queda es la unidad en la lucha frente al desmantelamiento de la sanidad pública, para que no siga costando más vidas humanas.

La injusticia de este sistema que nos tiene acostumbradas a engrandecer los problemas en vez de mitigarlos, no deja sitio más que a la devastación de quienes luchan por un mundo más justo. Pero son la tenacidad y fortaleza de aquellas personas más vulnerables las que deberían alentarnos a continuar, pagando el precio de la acción social como peaje por un tránsito “inmundo”, en una sociedad que requiere cambios estructurales urgentemente. La inclemencia de aquellos que ostentan el poder, incluso aquellos que posan en las fotos de protesta sin hacer nada visible después por atajar el problema, no deja lugar a dudas. Siguen las movilizaciones por una sanidad digna en Fuerteventura, ¡ya!

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