La pobreza infantil no es ajena a nuestra realidad, aunque quizá nuestra mente se traslade rápidamente a otros continentes. En España, 1 de cada 3 niños y niñas están bajo el umbral de la pobreza.
La Convención Internacional sobre los Derechos del Niño establece la necesidad de poner en marcha acciones para aumentar las oportunidades y capacidades de la infancia para salir del círculo de la pobreza. La pobreza infantil es un fenómeno que afecta a personas especialmente vulnerables que por ello deberían estar especialmente protegidas. Y es que los niños son personas que, por sí solas, no pueden hacer nada para salir de una situación de pobreza. El interés superior de la infancia obliga a considerar la pobreza infantil como una prioridad en la lucha contra la pobreza a nivel global.
La pobreza trae aparejada una serie de procesos no solo económicos, sino también sociales, que condicionan la existencia de las personas. Así, relacionamos pobreza con exclusión, desigualdad y con falta de oportunidades. La pobreza en la infancia tiene también efectos a nivel meramente físico: ralentiza el crecimiento y dificulta el aprendizaje.
Resulta especialmente grave en una sociedad moderna que niños y niñas no tengan posibilidades de optar a unas condiciones de vida digna, ya que ello marcará su futuro para siempre. La pobreza infantil supone la causa principal de vulneración de los derechos de millones de niños y niñas en el mundo.
El futuro de la pobreza infantil
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) alertan de que si no hacemos nada, para 2030 contaremos con 167 millones de niños y niñas viviendo en situación de pobreza extrema en el mundo y 60 millones de menores que no podrán acceder a la educación. Se estima, además, que si no se ponen medidas morirán 69 millones de niños y niñas menores de 5 años en menos de 15 años a causa de la pobreza.
España cuenta con un sistema de protección social a la infancia débil, a diferencia de la mayoría de los países de la UE. Nuestro país tan sólo invierte el 1,3% de su PIB en protección social a la familia y a la infancia; lejos de la media europea del 2,4% y muy lejos de la inversión de países como por ejemplo Francia, que dedica un 2,5% de su PIB o Dinamarca, el 3,5%. Debido a esto, uno de cada tres niños y niñas en España viven bajo el umbral de la pobreza, lo que supone unos 2,5 millones de personas a los que desde Ayuda en Acción llaman Candidatos a la pobreza, ya que si no se pone ningún remedio, seguirán inmersos en el círculo de la pobreza cuando lleguen a la edad adulta.
Actualmente se estima que el 80% de niños y niñas que viven en nuestro país en situación de pobreza, no saldrán de ella si no se ponen en prácticas políticas para erradicar la pobreza infantil. El Comité de los Derechos del Niño denunció que los recursos para combatir la pobreza infantil en nuestro país han sido inadecuados.