Pocas cosas pueden haber más terribles que algo como el caso que hoy nos ocupa. Un padre es esa figura de protección con la que todo menor cuenta, al que confía su cuidado, atención y protección; pero cuando las cosas se tuercen vemos en los informativos nacionales titulares como este.
Un hombre pakistaní quemó vivo a su hijo de 12 años por no hacer su tarea, recoge el Daily Mail. Según los informes de los medios, Shahir Khan recibió quemaduras graves y fue llevado al hospital, pero los médicos no pudieron salvar al estudiante; murió dos días después.
Según los informes, su padre roció a su hijo con queroseno y encendió un fósforo en un intento de asustar al niño para que hiciera su tarea. Al escuchar los gritos de Shahir, su madre se apresuró a ayudar, tratando de apagar las llamas junto con su marido, pero sus esfuerzos no fueron suficientes.
Después del funeral de su hijo, la mujer acudió a la policía y pidió castigar a su marido. El pakistaní fue arrestado y puesto bajo custodia. La sesión del tribunal se llevará a cabo el próximo 24 de septiembre. El hombre confesó el crimen, pero aclaró que no quería matar a su hijo de esa manera, sino que solo planeaba asustarlo.
Dicen los expertos que los principales rasgos característicos de las personas que cometen delitos violentos son la identificación social defectuosa, el embotamiento emocional, la agresividad impulsiva. Su comportamiento se caracteriza por un egocentrismo extremo, el deseo de satisfacción inmediata de los deseos surgidos espontáneamente, el primitivismo y el cinismo.
Ven la violencia como el único medio para resolver sus conflictos. Estos individuos se caracterizan por el uso generalizado de medios de autodefensa psicológica: autojustificación de su comportamiento antisocial, echando la culpa a la víctima y las circunstancias externas.
Pero hablando desde el punto de vista de la ciencia y la medicina, los científicos, utilizando neuroimágenes del cerebro, revelaron que muchos delincuentes reincidentes, asesinos y psicópatas tienen una actividad cerebral anormal y baja actividad en la parte anterior del cerebro, que se encarga del procesamiento de las emociones, la autoconciencia y la sensibilidad ante la violencia.

Entonces, ¿estas personas están enfermas, deberían ser tratadas en igualdad de condiciones con otras personas con discapacidades mentales, y deberíamos simpatizar con su situación?. A veces parece que todos necesitamos ser tratados, en una sociedad insalubre en la que el dinero se valora más que la vida humana, en la que los instintos prevalecen sobre la razón.
Aunque no cabe duda que se hace muy complicado entender como un propio padre puede dar muerte a su propio hijo, y aunque en el caso que hoy nos ocupa se apunta a presunto accidente, lo cierto es que la peligrosa forma de ‘pretender asustar a su hijo’, se antoja complicada de entender, máxima con un resultado tan trágico. ¿Quién rocía de combustible inflamable a un menor para presuntamente asustarlo?.
Discrepo conn Usted, Sra Paloma, que un padre és aquel que protege a sus hijas/os. En mi entorno no conozco mujer alguna que no haya sido víctima de abusos de su papaito. Parece mentira pero es una verdad que no queda expuesta en la prensa. Bien cordialmente