Una serie de negocios de alojamiento turístico de las zonas rurales de Trece y el área del paisaje protegido de los Penedos de Pasarela y Traba recuerdan que en la zona se está desarrollando una oferta “de máxima calidad” y que de salir adelante el proyecto de EDP Renovables puede ser claramente perjudicial para su actividad.
Las empresas han emitido un comunicado explicando que su actividad está generando “muchos puestos de trabajo directos e indirectos”, lo que a su vez provoca “un efecto multiplicador” en su entorno, lo que contribuye a dinamizar la economía local y fijar población.
Por otra parte, entienden que el proyecto eólico Pena dos Mouros, que la multinacional EDP Renovables pretende desarrollar entre los ayuntamientos coruñeses de Laxe, Vimianzo y Camariñas supone “un ataque frontal contra el sector turístico” en el área del paisaje protegido de los Penedos de Pasarela y Traba, paraje natural reconocido por su morfología y singularidad.
Los establecimientos explican que en su mayor parte, el turismo nacional e internacional que se acerca a esta parte de la Costa da Morte lo hace “por su calidad paisajística y ambiental” y que conceptos como el turismo de observación de aves o el astroturismo solo son posibles “si el entorno mantiene un estado de conservación óptimo”, algo que es “claramente incompatible con la instalación de aerogeneradores de 200 metros de altura en punta de pala.
En este sentido, consideran que el parque eólico Pena dos Mouros “puede ahogar de manera definitiva el potencial de una comarca que empresas y Administraciones intentan impulsar”. “¿Qué sentido tiene publicitar la Costa da Morte en FITUR cuando un proyecto energético de estas características puede echar abajo años de promoción turística responsable?” -se preguntan los empresarios-.
Finalmente, el grupo empresarial manifiesta su inquietud ante quienes “de manera incomprensible” defienden este tipo de proyectos “en zonas de gran potencial turístico” afectando “a una actividad esencial para el rural gallego” y en esta línea recuerdan que el último informe técnico publicado por el Banco de España, publicado en enero de este año detalla, tras una investigación y análisis de 13 años de datos que “las inversiones eólicas tienen efectos muy bajos y estadísticamente no significativos sobre el empleo local durante las fases de construcción y mantenimiento” pues aunque en estos proyectos trabajan equipos multidisciplinares lo hacen “desde la distancia” con una etapa constructiva “relativamente corta” llevada a cabo por contratistas “que a menudo residen en otros lugares” y que se trasladan una vez terminado el trabajo. Al final, solo se realiza el mantenimiento del la infraestructura que “generalmente involucra a trabajadores que mantienen de forma remota varios sitios a la vez” y no residen de manera permanente en las zonas donde se ubica la inversión.
Por estos motivos, las empresas consideran que “sobran razones para rechazar a nivel ambiental y social el parque eólico Pena dos Mouros” porque “los daños que puede ocasionar este proyecto industrial supera con mucho sus pretendidos beneficios” perjudicando además “a un espacio virgen en términos paisajísticos y una extensa área que atesora una de las mejores biodiversidades de Europa, en especial a nivel de avifauna”. “Una riqueza natural y patrimonial que sin duda, las instituciones tienen la obligación de proteger y resguardar para las futuras generaciones”.
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