Andrés Alejandro Berciano Martínez, teniente coronel del Ejército del Aire y del Espacio, ha sido objeto de una condena tanto por el Tribunal Militar como por el Tribunal Supremo, que dictaminaron una pena de ocho meses de prisión y una multa de 200.000 euros.
El motivo de esta sentencia radica en que Berciano ejerció sus funciones “teletrabajando” desde su hogar en España, a pesar de estar asignado oficialmente en Reino Unido. Su destino oficial era el Grupo Aéreo Europeo (GAE) por un período de ocho meses, aunque en realidad se encontraba en su residencia sin la autorización correspondiente.
La condena, al ser inferior a dos años y un día, le permite permanecer en libertad, pero con la suspensión de sueldo y empleo durante los ocho meses. Según datos del Tribunal Militar Central, en 2020 fue asignado al GAE en el Acuartelamiento de la Fuerza Aérea británica, en Hugh Wycombe (Buckingham).
A pesar de establecer su residencia oficial en el pabellón de oficiales del cuartel desde agosto de 2020, recibió pagos adicionales por desplazamiento, ascendiendo a 55.885,49 euros en 2020 y 136.779,15 euros en 2021, según registros del Tribunal Militar Central.
Sin embargo, apenas tres meses después, el 5 de noviembre de 2020, Berciano regresó a España sin el consentimiento de sus superiores, instalándose nuevamente en su país de origen. No volvió a Reino Unido hasta julio de 2021, cuando otro coronel se integró en el contingente español en Londres. Además, como el militar con mayor antigüedad y rango existente, se esperaba que actuara como jefe del estado mayor en ausencia de sus superiores.
A pesar de su posición, el teniente coronel apeló la sentencia del Tribunal Militar ante el Tribunal Supremo. No obstante, este último desestimó el recurso al constatar que Berciano no contaba con autorización para “teletrabajar”, confirmando así la condena inicial como irrevocable.