Por Juan Teixeira. Artículo original de Eulixe publicado en Contrainformación a raíz de un convenio de colaboración.
El miedo es sin duda una de las emociones que más influyen en el comportamiento y toma de decisiones de los seres humanos. Esto no es nada nuevo. Los grandes líderes y dictadores de la historia siempre lo han tenido en cuenta a la hora de planificar sus estrategias de dominación. Los políticos manejan a la perfección su uso en la población. Y como no podía ser de otra manera en un sistema capitalista, las empresas también son buenas conocedoras de las ventajas de saber moldear y utilizar el miedo para conseguir aumentar sus beneficios. Y más todavía si la empresa se dedica a la seguridad. Es el caso de Securitas, “el grupo de servicios de seguridad más grande del mundo”, tal y como ellos mismos se definen, y que a la vista de los últimos acontecimientos, quizás se hayan excedido un poco en su “gestión del miedo”.
El mismísimo director financiero de Securitas Direct, Rafael Miranda, afirma públicamente y sin rubores en una entrevista que su empresa es experta en gestionar el miedo para posteriormente vender tranquilidad. El entrevistador le dice que España es uno de los países más seguros del mundo, y que sin embargo es la cuarta en el ránking mundial de número de alarmas instaladas. Lleno de orgullo y satisfacción, Don Rafael contesta: esto es así porque Securitas Direct ha sido capaz de “crear una categoría, que es la necesidad de estar tranquilos”. Es decir, Securitas Direct no vende protección o seguridad, sino la ilusión de tranquilidad.
Un ejemplo evidente de esta inmoral utilización del miedo como estrategia de venta lo podemos observar en la siguiente charla de formación ofrecida por la empresa a sus futuros comerciales:
Este audio al que tuvo acceso ElDiario.es evidencia la rudimentaria pero efectiva táctica que utilizan los comerciales de este tipo de empresas: se infunde miedo en un vecindario para posteriormente “vender tranquilidad”. Esto sucedió en 2016. Hoy en día la técnica es similar, solo que está mucho más desarrollada. Ahora ya no se va casa por casa llamando al telefonillo asustando a la gente, sino que se utiliza una herramienta mucho más eficaz: los medios de comunicación.
Tal y como os contamos en este post, a lo largo de este verano hemos sido testigos de una aterradora campaña a través de todos los grandes medios de comunicación estatales, cuyo objetivo es asustarnos con una nueva amenaza: la okupación de viviendas. La realidad nos dice que no es un problema para el común de los ciudadanos, puesto que la okupación de viviendas habituales o segunda vivienda simplemente no existe (sería allanamiento de morada). Sin embargo, todas las televisiones y periódicos nacionales se han dedicado a crear un grave estado de paranoia con este tema, okupando las mentes de todas aquellas personas que todavía confían en su profesionalidad periodística a través del bombardeo informativo continuo y la manipulación. Aunque parezca increíble, este acoso psicológico ha venido acompañado de un importante crecimiento de las empresas de seguridad y alarmas. Y para rizar el rizo de las casualidades, resulta que los consejos de administración de las mayores empresas de comunicación, las de seguridad y las de los mayores propietarios de inmuebles tienen muchos intereses comunes.
LAS EMPRESAS DE SEGURIDAD HACEN SU AGOSTO
El miedo creado a través de las televisiones respecto al tema de la okupación servirá sin duda para que los fondos buitre y bancos (los grandes propietarios de inmuebles del estado español) intenten forzar al Gobierno a aprobar una legislación más favorable a sus intereses ante la oleada de impagos que se prevé en próximas fechas, debido principalmente a la complicada situación económica y los exorbitantes precios de los alquileres. Pero además tiene otro claro efecto secundario: el crecimiento de las cuentas de beneficios de las empresas de seguridad.
Tal y como explica con orgullo en El Español José González Osma, director de la Unidad de Negocio Residencial de la multinacional norteamericana Johnson Controls, su empresa ha incrementado las ventas en España entre un 10 y un 15% “exclusivamente por el tema de la okupación”. Y esto en el mes de julio. A buen seguro ese tanto por cien ha crecido desde entonces. El publireportaje disfrazado de noticia que enlazamos es bastante curioso, una especie de oda al miedo al okupa, y que sirve como claro ejemplo de cómo los medios de comunicación están al servicio de quien pague, en este caso las empresas de seguridad.
Podemos leer por ejemplo joyas como la siguiente: “el sistema jurídico español es casi más proteccionistas con el okupa que con el propietario, entonces hay un sentimiento de que te vas de casa y que cuando vuelvas puede estar okupada y encima no le puedes tocar”. Si uno tiene o busca los mínimos y esenciales conocimientos jurídicos al respecto, se dará cuenta enseguida de que esto está muy lejos de ser cierto. Sin embargo mucha gente confía en lo que dicen estos medios de comunicación, antiguamente habitados por periodistas y no por comerciales.
Llevo 27 años en los juzgados y creo que no he visto en mi vida, que yo recuerde, un caso de ocupación de vivienda de un particular, todos son de bancos o entidades. Es mentira que no se pueda actuar. Si el dueño presenta el título de propiedad, es en el acto, desalojo cautelar y en el juicio ya se verá – Juez Adolfo Carretero, magistrado titular del juzgado de instrucción número 47 de Madrid, en declaraciones a El País.
Tan evidente es el crecimiento económico de las empresas de seguridad en España que incluso diversos fondos internacionales están empezando a interesarse. El fondo sueco EQT Value, por ejemplo, en tan solo dos días se ha hecho con el 85% de las acciones de Idealista (web inmobiliaria) y ha adquirido el 2,7% de Securitas, convirtiéndose en su cuarto máximo accionista.
No queremos ser malpensados, pero este fondo sueco tiene en sus manos una gallina de huevos de oro. A través del mayor portal inmobiliario de España, pueden maniobrar para subir los precios de los alquileres. Con estos alquileres por las nubes y una situación económica muy compleja, muchos no podrán pagar. Esto genera desahucios, conflictividad y miedo. Y los que tienen miedo contratan una alarma. Menos mal que los grandes fondos de inversión tienen sentimientos y jamás utilizarían estas sucias tácticas para aumentar sus beneficios…
Si bien la crisis del coronavirus provocó una caída en bolsa de Securitas de hasta el 20%, a lo largo de este verano ha ido remontando imparable:
A principios de este mismo año, Telefónica y Prosegur completaron la operación de compra-venta del 50% del negocio de alarmas de la empresa en España. El objetivo de esta alianza es “capturar la oportunidad de crecimiento que presenta el mercado de alarmas en España, apoyándose en el gran encaje estratégico y la complementariedad de ambos socios”. Un movimiento que podría parecer extraño, pero que en el fondo es muy lógico: se trata de controlar el negocio del hogar conectado a través de la seguridad.
Como vemos, el de la seguridad es un negocio en auge en España, y la campaña de miedo con la okupación a través de los medios de comunicación, el empujoncito que necesitaba.
CON EL MIEDO GANAMOS TODOS
Si uno va siguiendo el hilo de los intereses en juego, todas las pistas le llevarán a pensar que la campaña de miedo a la okupación tiene varios ejes que la hacen rodar. Por un lado tenemos a la empresas de seguridad que aumentan sus beneficios; por otro, a los bancos y fondos buitre que buscan una legislación más útil para sus intereses; también tenemos a políticos conservadores, a los que siempre viene bien acusar a los de abajo de lo que sea para distraer mientras siguen a lo suyo. Y llegamos a la que sería la llanta de la rueda: los medios de comunicación. Quien haya estado atento a la televisión este verano sabrá bien a lo que me refiero. La campaña ha sido tan exagerada que no hace falta ni comentarla. Pero, ¿qué consiguen los medios con esto? Pues lo de siempre, cash!
Hace tiempo que el periodismo ha pasado de ser independiente a ser totalmente dependiente de sus inversores, esto no es nada nuevo. Como dijo el expresidente de Ecuador Rafael Correa, “desde que se inventó la imprenta, la libertad de prensa es la voluntad del dueño de la imprenta”. Y el dueño de la imprenta en España es dueño de muchas otras herramientas, así que utiliza la imprenta para obtener beneficios en todo lo que puede. Como ejemplo tenemos a uno de los mayores conglomerados de comunicación existentes a nivel nacional: Mediaset. Sus canales de televisión han sido de los más concienzudos en este bombardeo estival con los okupas. Y casualmente los principales accionistas de Mediaset son fondos buitre, con amplios intereses en el mercado inmobiliario español tal y como hemos comentado.
Autor gráfico: LUH
El otro gran grupo de comunicación que opera en el estado español es AtresMedia, cuya situación es similar. Grupos como The Windacre Partnership, Invesoc Limited o BlackRock, con intereses en diversos frentes, entre ellos el inmobiliario y la seguridad. ¿Se puede confiar en la información de un medio de comunicación que pertenece a fondos de inversión con múltiples intereses? La respuesta es sencilla: no.
Por lo tanto, a los dueños de la imprenta les interesa y beneficia que el miedo se adueñe de la ciudadanía. Y no solo porque las demás empresas de las que participan se beneficien, sino que directamente también lo hacen. Y esto es así a través de la inversión publicitaria. Ambos, Mediaset y AtresMedia son obviamente los que más ingresos por publicidad generan. Y, ¿a que no sabéis qué empresa ha sido una de las más activas este verano en inversión publicitaria? Exacto: Securitas Direct.
SECURITAS DIRECT: UNA, GRANDE Y LIBRE
Corporación Financiera Alba realizó en abril de 2019 su mayor inversión del año, dejándose 557 millones para hacerse con una importante tajada del pastel de Securitas Direct. ¿Que a qué viene esto? Pues “Corporación Financiera Alba” es el decoroso nombre que le ha puesto la familia March a su holding empresarial. Si no te suena de nada, es que estás un poco desconectado de las jerarquías de poder en el estado español: la familia March es una de las más poderosas sagas que ha visto España en el último siglo. Sus participaciones empresariales legales están valoradas en más de 2.200 millones de euros, y están presentes en numerosas empresas de diferentes sectores. Entre las más destacadas están: Naturgy (5,1%), BME (12%), Parques Reunidos (21%), Indra (10%), Acerinox (19%), Dominion (5%), Euskaltel (11%), Viscofan (13%) o Ebro Foods (14%). Y todo este imperio se originó gracias a una sola “persona”: Francisco Franco.
El patriarca de este clan es Juan March Ordinas, un afamado contrabandista de tabaco y armas, empresario y financiero, que es considerado uno de los españoles más influyentes del siglo XX. Su financiación del golpe de Estado de 1936 contra el gobierno legítimo de la República fue clave para el éxito de los golpistas liderados por el dictador Francisco Franco.
Todavía en 1931, el ministro de Hacienda de la II República Jaime Carner inició una investigación de un año sobre sus actividades irregulares. Llegó a la siguiente conclusión en un famoso discurso: “O la República somete a March, o March someterá a la República”. March fue detenido, pero no sometido. Los libros de cuentas de March ardieron misteriosamente. Finalmente, fue encarcelado en junio de 1932 en la cárcel Modelo de Madrid acusado de llevar a cabo actividades económicas irregulares y de financiar a Primo de Rivera, consiguiendo a cambio el monopolio del tabaco en Ceuta y Melilla. En 1933 fue trasladado a la cárcel de Alcalá de Henares, de la que se fugó sobornando al oficial de guardia.
La conclusión de Jaime Carner se convirtió en una trágica premonición: Juan March acabó apoyando financieramente el golpe de Estado de julio de 1936. A cambio, Franco le concedió el monopolio bancario y financiero del país, algo que hizo que su fortuna creciera de manera notable durante el franquismo.
De este modo, la familia March comenzó su imperio, que se traduce hoy en el milmillonario holding empresarial “Corporación Financiera Alba”, heredera directa del franquismo. Con la nueva Ley de Memoria Democrática, cuyo anteproyecto se ha aprobado esta misma semana en el Consejo de Ministros, ¿se podrá nacionalizar este holding creado directamente por el franquismo? no verán eso nuestros ojos, pero es bonito soñar.
Además de tener como accionista a una afamada familia franquista, Securitas Direct también ha hecho caja en la última década gracias a otra organización heredera directa del franquismo: el Partido Popular. Además de ser partícipe activo en la campaña de miedo actual, el PP adjudicó a Securitas Direct más de 130.000 contratos durante el año 2014. Tal y como afirma Miguel Ángel Ménedez en ‘Vozpópuli’, “la crisis en la seguridad privada era un hecho y en 2013 el Gobierno de Rajoy acudió en ayuda de un sector en el que han estado relacionados desde la familia Mayor Oreja hasta el actual ministro de Defensa, Pedro Morenés, en Segur Ibérica, pasando por otros antiguos ministros populares con Aznar, como Arias Salgado o dirigentes como Martín Villa y numerosos nombres más”.
Los más de 250.000 contratos de vigilancia y protección de las instalaciones de la Administración General del Estado (AGE) que el Gobierno del PP suscribió o renovó automáticamente en 2013 con cincuenta empresas de seguridad ha vuelto a poner de relieve la fuerte apuesta por la privatización de una función que la Constitución encomienda en exclusiva a las autoridades públicas. Algunas empresas favorecidas incumplen los convenios colectivos, en otras se sientan exministros y familiares de dirigentes del PP, y otras aparecen en la trama Gürtel o como donantes de dinero al partido – Luis Díez, Cuartopoder
Por todo lo expuesto, y muchísimo más, parece lógico pensar que el miedo a los okupas (al igual que el miedo a los inmigrantes o cualquier otro miedo infundado) no es más que una estrategia puesta en marcha desde diferente sectores que sacan diversos beneficios de esta estrategia. Sin duda todo el mundo tiene derecho a que nadie le quite la vivienda. Pero ese derecho ya existe y está bien protegido. Así que bien haríamos en identificar rápidamente estas estrategias e inutilizarlas del mejor modo posible: no haciendo caso. Sin duda tenemos cosas mucho más importantes de las que preocuparnos como sociedad que de la okupación.