Javier F. Ferrero
Director de Contrainformación y Nueva Revolución. Codirector de Encontro
El mercado eléctrico futuro nos depara nuevas subidas en el recibo de la luz, por lo que vivimos otro invierno especialmente duro para las familias con menos recursos económicos.
Comenzamos 2019 con una fuerte subida del precio medio de la electricidad. El recibo de la luz del usuario medio ha experimentado este enero una subida interanual del 6,7%, según el análisis de FACUA-Consumidores en Acción. La factura con las tarifas semirreguladas (PVPC) del primer mes del año representará 79,79 euros, frente a los 74,81 euros de enero de 2018.
Según datos del Informe de precios y coste de la Energía en Europa 9/01/2019 de la Comisión Europea, el día 1 de enero, nuestro país ocupaba el quinto puesto en el precio más caro de la electricidad en los hogares en toda Europa, después de Alemania, Dinamarca, Bélgica y Portugal, en ese orden, y el puesto 14 en la electricidad industrial.
Según se recoge en un informe de Eurostat en el que analiza los problemas que tienen los europeos para calentar su vivienda dependiendo del país, un 8% de españoles y españolas no pueden permitirse calentar su casa. La situación en España está lejos de países como Luxemburgo (1,9%), Suecia (2,1%), Austria (2,4%) o Dinamarca (2,7%).
En manos de las eléctricas
De nuevo, no se cumple la tendencia de bajada de la luz en el primer trimestre del año a pesar de que la climatología (lluvias y viento) ha hecho aumentar la generación eléctrica de energía hidráulica y eólica.
El Gobierno debe mejorar las medidas para paliar la pobreza energética, introduciendo mecanismos para fijar un precio de la energía asequible, como la rebaja del IVA, ya que bajarlo al 4% ahorraría al usuario medio casi 130 euros anuales.
Son precisas también actuaciones en materia de eficiencia energética de las viviendas, que permitan ahorrar energía, teniendo en cuenta que los colectivos más vulnerables suelen tener las viviendas menos aisladas.
Pero, ante todo, es imperativo que se modifique el bono social eléctrico y el bono social térmico, instrumentos de lucha contra la pobreza y la exclusión social, que no están diseñados adecuadamente para llegar a todos los hogares que lo necesitan. Es necesario introducir una mayor transparencia en la información para darlos a conocer y mejorar los requisitos de acceso a los mismos para que lleguen a todos los hogares y combatir así las desigualdades ocasionadas por la pobreza energética, permitiendo que se puedan acoger al bono social eléctrico más familias, y que estas cuenten con mayores descuentos, así como garantizando el acceso al suministro de energía eléctrica, protegiendo de los cortes de luz a todos los consumidores vulnerables y no solo a los severos.
FACUA-Consumidores en Acción propone la creación de una tarifa regulada para todas las familias que no superen los 10 kW de potencia contratada y determinados límites de consumo. El análisis realizado por el equipo jurídico de la asociación pone de manifiesto que con el debido desarrollo normativo, esta fórmula no implicaría contradicciones con la legislación comunitaria. Los desproporcionados precios de la luz, la ausencia de competencia en el sector y la situación económica de las familias españolas justifican el establecimiento de una tarifa fijada por el Gobierno para proteger a los consumidores.
La asociación advierte de que el bono social del Gobierno de Rajoy fue un fracaso aún mayor que el que se aprobó durante la etapa socialista de Zapatero. En este sentido, los leves cambios inroducidos por el Ejecutivo de Pedro Sánchez siguen sin garantizar descuentos significativos y mantiene unos niveles de renta excesivamente bajos para acceder a él -salvo a las familias numerosas, que pueden beneficiarse todas-.