Un himno de España alternativo. Felipe VI ha viajado a Bolivia para asistir a la toma de posesión del nuevo presidente del país, Luis Arce, acompañado de la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, del vicepresidente segundo, Pablo Iglesias de y la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan.
Esta reunión servirá para cerrar la crisis diplomática que se abrió el pasado 27 de diciembre, cuando dos diplomáticos españoles, acompañados por la policía, visitaron a la embajadora de México en Bolivia. El Gobierno golpista de Jeanine Añez acusó al Gobierno español de pretender facilitar la fuga de exaltos cargos de Evo Morales refugiados en la legación mexicana y declaró personas non gratas a la encargada de negocios y el cónsul españoles, a lo que Madrid contestó con la expulsión de tres diplomáticos bolivianos. Las relaciones se han ido normalizando, pero España aún no tiene embajador en La Paz.
Ahora, con una situación democrática, el pasado día 19, Arce, candidato del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Evo Morales, consiguió una contundente victoria en las elecciones presidenciales, con más del 55% de los votos.
Las autoridades locales recibieron al monarca y a los ministros españoles con regalos, discursos y con la interpretación de los himnos de España y Bolivia. Sin embargo, la banda que interpretó el himno de España hizo una versión «libre» del himno de España.
El líder de Podemos ha criticado en varias ocasiones a la Monarquía en los últimos meses. La última vez fue cuando exigió “neutralidad política” a Felipe Vi después de que este telefoneara a Carlos Lesmes, presidente del Consejo General del Poder Judicial, para disculparse por su ausencia de la entrega de despachos de la Escuela Judicial en Barcelona. La última vez que el Rey y el vicepresidente se habían visto fue en el acto del 12 de octubre en el Palacio Real, donde Iglesias permaneció impasible ante el saludo militar del Monarca.
Aunque Podemos sigue pidiendo que se cree una comisión de investigación en el Congreso sobre los negocios de Juan Carlos I, Iglesias ha guardado un significativo silencio esta semana. El Servicio de Prevención de Blanqueo de Capitales (Sepblac) ha hallado fondos de Juan Carlos ocultos tras un conglomerado empresarial en el paraíso fiscal de la Isla de Jersey desde el que habría desviado varios millones de euros hasta ahora no detectados por las autoridades españolas. La alerta ha motivado la apertura de una tercera investigación por blanqueo de capitales sobre el anterior Jefe del Estado.
Más avanzadas están las otras dos investigaciones que atañen al exmonarca. Una implica el rastreo de movimientos de unas tarjetas de crédito que usaban el rey Juan Carlos de Borbón, la reina Sofía de Grecia y también varios de sus familiares más directos, y cuyos gastos no declaraban a Hacienda, durante los años 2016, 2017 y 2018.
La otra la abrió la Fiscalía Anticorrupción, que luego pasó al Supremo, e indaga sobre los 65 millones de euros que recibió Juan Carlos de Borbón de Arabia Saudí en 2008 y que, en 2012, transfirió a su entonces amante, Corinna Larsen. Esta operación fue llevada a cabo mientras Don Juan Carlos era el jefe del Estado y, por lo tanto, gozaba de inviolabilidad. Por este motivo, las pesquisas están abocadas al archivo en lo referente a la figura del Emérito.
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