
Por Javier Cortines (Lang Mo)
Este poema «taoista» -que publicamos en tres partes- indaga en El Camino (el sendero que lleva a la auto realización personal) y en conceptos, a veces celestiales, otras «trágicamente humanos», que intentan reflejar lo palpable y lo invisible dejando la puerta abierta a que cada uno saque sus propias conclusiones
El ruido
se hace silencio
en la montaña
—
Quien escucha
su voz interior
abre su corazón
y abarca el mundo
con su abrazo
sagrado
—
Desnudarse y caminar descalzo
es seguir la Ley de la Naturaleza
En la ciudad del sabio
los caminos están cubiertos de hierba
—
La nada
tiene alas
es hija del alma
—
La mirada sin vida
el corazón que no late
son la obra maestra
de los Midas
que se lucran
con la mutilación
de bosques, paisajes, mares
niños, mujeres, hombres
que habiendo nacido
para reír y amar
se hunden en pantanos sin fondo
que dentro de millones de lunas
serán pozos de petróleo
en un mundo de soles apagados
—
Cuando somos música
palpamos lo invisible
—
Nadie está en posesión de la verdad absoluta
porque nadie puede conocer el todo
desde sus múltiples ángulos
—
Lo humano es universal
Lo infrahumano, local
—
Cuando consumimos la juventud
queda la llave que abre puertas
a la plenitud
—
Cuando hemos perdido
la capacidad de asombrarnos y enamorarnos
renacer es la única alternativa
para descubrir otras caras de la vida
—
Veo lo que mi ojo ve
toco lo que mi mano toca
¡Hay tantas cosas que mis ojos no ven ni mis manos tocan!
—
Caminando siglos
no avancé ni una pulgada
sentado en un tronco podrido
retrocedí un millón de años
para conocer donde estaba
el comienzo del Camino
—
Los hombres luchan por imponer credos, doctrinas, ideas
y por ello matan
los sabios se esfuerzan para que encuentres el Camino
—
Es necesario desaprender lo aprendido
para que tu dios interior despierte
y te saque del laberinto
que no llega a ninguna parte
o hace que te vuelvas loco
buscando la verdad que fabricaron
los enanos de Vulcano
—
Antiguamente los dioses
lo dijeron todo
y ahora tartamudean
se quedaron sin lengua
Dejaron la palabra a los papagayos
de la televisión
y de otras aulas
donde los doctores se irritan
se hacen violentos
si no los amamos
si no los copiamos
si no los dejamos
ser moldeados
por sus prensiles manos
—
Nacemos sin vendas en los ojos
y los maestros nos los tapan
así nos preparan
para que alcancemos la Gran Visión
¡Qué pena, nacer tan rico y morir tan pobre!
—
Las convicciones son prisiones
las dudas son las alas del sabio
—
La riqueza hace envidiosos a los hombres
y les enseña la venganza
—
Sólo en aguas transparentes
vemos lo más profundo
—
Si pensamos en algo
¡existe!
deja de ser nada
—
Aunque no seas el mejor (la mejor)
sé claro (clara) y espontáneo (espontánea)
más importante que ser culto
es ser sabio o sabia
La ilustración de este poema es obra del pintor cántabro afincado en Nueva York Eduardo Anievas. Para ver su trabajo cliquear aquí Estudio N.Y.