Por J.C.
Tico tocó hoy con su flauta varios villancicos, entre ellos “Los pastorcillos quieren ver a su Rey” (El tamborilero) y Noche de Dios, Noche de Paz.
No sé quien dijo -tal vez tenía razón- que cuando Dios quiere hablar con los hombres lo hace a través de la música, y que para que Dios nos escuche es necesario hablarle a través de la música.
Ahora que se ha elegido “la aporofobia” (repugnancia y hostilidad ante los mendigos) como la palabra del año, -en 2016 fue la “Postverdad”-, tenemos un buen punto de partida para que la lucha contra la pobreza se convierta en la prioridad política en el 2018 (y también después).
No es bueno perder tantas energías en discusiones estériles y en memeces como Tabarnia. El bosque está en llamas y muchos centran su atención en la vela que ha encendido un esquimal en su iglú de hielo.