¿Toma de Granada? ¡Nada que celebrar!

0
174

Rafael Silva


El pasado miércoles se celebró en Granada, bajo un vergonzoso cruce de insultos y banderas, el 527 aniversario de la conquista de la ciudad por los Reyes Católicos. El campeonato para ver quién era “más español” tuvo como contendientes a los partidos de la (ultra)derecha, que repartieron banderas a los asistentes (hasta 4.000 el PP). Todo un festival de xenofobia y arcaísmo se dio cita por las calles granadinas. Algunos medios lo han calificado como una “fiesta cívica”, pero evidentemente, se trata de una fiesta política, en el sentido de dotar a dicho acontecimiento histórico de una carga y un significado concretos. La algarabía de españolismo que se exhibió es una clara muestra de hasta qué punto se manipula la historia, y se refuerza el motivo patrio para contentar y entretener a la plebe. El Ayuntamiento granadino había desplegado un enorme dispositivo de seguridad, tras los incidentes protagonizados por la extrema derecha en los últimos años, y el resurgimiento de su fuerza a través de Vox.

La “celebración” hace honores a la rendición de Boabdil y a su entrega de la ciudad a los Reyes Católicos, que unían así todo el Al-Ándalus previo a su nueva España conquistada. Los Reinos de Castilla y Aragón (de los cuales habían sido titulares los monarcas, cada uno por separado antes de su enlace) se unían a todos los demás reinos periféricos de la Península, formándose esa nueva entidad patria llamada España, que nunca había existido con anterioridad. Estamos hablando de finales del siglo XV. Todo un despliegue de fuerzas militares (La Legión), que se unían a los propios coros populares, pudo verse durante los actos institucionales. En esta ocasión, afortunadamente, no se han desplegado masivas banderas franquistas, como sí se habían hecho en convocatorias anteriores. No obstante, algunas pudieron verse portadas por miembros de la organización ultraderechista Hogar Social. El ambiente estuvo bastante caldeado, a pesar de no producirse ningún altercado a reseñar. Quizá porque también, como decimos, los efectivos policiales eran más numerosos que en ocasiones anteriores. A excepción de la formación Vamos Granada e Izquierda Unida, todas las formaciones políticas con representación en el consistorio granadino hicieron acto de presencia.

Los lemas de la extrema derecha en este sentido ya los conocemos (incluso los pronunció José María Aznar en uno de sus mítines electorales de hace algún tiempo), y se refieren a tildar a los musulmanes como “invasores”, y a los monarcas católicos como los “liberadores” mediante la toma de la ciudad. El sentido político que se le de a la fiesta depende de cómo interpretemos los hechos históricos que ocurrieron en Granada. Están los españolistas, que son los mismos defensores de la “Fiesta Nacional” del 12 de Octubre, y que realizan una interpretación de exaltación nacionalista, dándole un valor de orgullo patrio a aquél acto de unificación de los reinos precedentes. Y estamos los que entendemos que tanto el 12-O como el 2-E (Toma de Granada), como cualquier otro acto de exaltación de la labor imperialista de los Reyes Católicos, sólo se corresponde con un acto de genocidio. Lo que ocurre es que, sobre todo durante el franquismo, se realizó una interpretación y una enseñanza de nuestra historia correspondiente con la visión del régimen (aún se denominaba “Día de la Raza” o “Día de la Hispanidad” al 12 de Octubre), una visión que otorgaba carácter de “gloriosas hazañas” a estas actividades imperialistas de los monarcas católicos (y a la del propio Franco como continuador de ellas).

Hace pocos días, en otro de sus mítines, Pablo Casado explicaba a su audiencia que “nosotros sólo extendíamos España”, intentando blanquear todo el rastro de horror y muerte que la conquista de aquéllos territorios allende los mares provocó. La toma de Granada fue la culminación de todo un proceso de hostigamiento a los musulmanes que durante más de ocho siglos habitaban nuestro Sur, y que eran, por qué no decirlo, más “andaluces” que lo somos nosotros ahora, pues muchas más generaciones y muchos más antepasados tenían en el solar andaluz que los que ahora tenemos los andaluces que habitamos nuestra tierra. Ellos, su civilización, su cultura, fueron los que hicieron a Al-Ándalus (que comprendía un territorio mayor que el de la Comunidad Autónoma andaluza de hoy) un pueblo de referencia cultural en todo el mundo, y un crisol de culturas donde convivieron durante siglos diversas razas en perfecta armonía…¡Hasta que llegaron los Reyes Católicos y todos sus descendientes! Fueron Isabel y Fernando los que, ayudándose de perversas leyes y organizaciones religiosas, expulsaron de nuestras tierras a pueblos y razas que llevaban mucho tiempo conviviendo con nosotros, y que engrandecían nuestra cultura y nuestra civilización. Puede decirse sin lugar a dudas y en este sentido, que Isabel y Fernando, los que “tomaron Granada”, fueron los primeros reyes racistas de la historia. A partir de ellos, duros siglos de oscuro horror, masacres, genocidios, expulsiones y persecuciones tuvieron lugar en España…y en América Latina.

Suscríbete al boletín gratuito de Contrainformación y únete a los otros 814 suscriptores.

Suscríbete al boletín gratuito de Contrainformación y únete a los otros 814 suscriptores.

Dejar respuesta