«Prometió a los estadounidenses que su Gobierno defendería vigorosamente los derechos de libertad de conciencia y religión, y esa promesa se cumple hoy«. Así ha anunciado el secretario de Sanidad en funciones, Eric Hargan, la creación de una nueva división de Conciencia y Libertad Religiosa dentro del Departamento de Sanidad para proteger la objeción de conciencia ante la provisión de ciertos servicios, como los abortos y tratamientos para pacientes transgénero.

La nueva sección será parte de la Oficina de Derechos Civiles del departamento y estará encargada de investigar las quejas registradas por los trabajadores del sector sanitario en las que aleguen que los centros hayan violado sus derechos religiosos.

«La división se ha establecido para restaurar la implementación de las leyes federales que protegen el derecho fundamental e inalienable de libertad de conciencia y religión«, afirmó en un comunicado el Departamento de Sanidad.

De igual modo, Roger Severino, el director de la Oficina de Derechos Civiles del departamento, indicó que «nadie debería ser forzado a elegir entre ayudar a una persona enferma y vivir por sus convicciones morales y religiosas más profundas«.

También añadió que el objetivo es «ayudar a garantizar que las víctimas de la discriminación ilegal» por estos motivos «encuentren justicia«, ya que consideró que «los grandes y pequeños gobiernos han tratado con hostilidad en lugar de protección las objeciones de conciencia, pero el cambio ha llegado«.

Se trata de una victoria para las posiciones más conservadoras y los grupos antiabortistas, y se oficializa tan solo a un día de que tenga lugar la llamada Marcha por la Vida, que se celebra en Washinton cada año en enero desde hace 39 años, cuando la sentencia «Roe vs. Wade» estableció el aborto libre en todo el territorio de Estados Unidos.

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