Según un informe la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD), el impulso de la economía mundial debería permitir a los países abordar problemas la desigualdad, la pobreza y la degradación medioambiental.

Se trata del documento «Situación y Perspectivas de la Economía Mundial 2018». Según el escrito, la economía mundial crece actualmente a un ritmo del 3%, «lo que demuestra que las condiciones macroeconómicas actuales ofrecen a los legisladores una gran oportunidad para abordar algunos de los temas estructurales que siguen obstaculizando el desarrollo».
El texto indica que la mejora es global, dado que aproximadamente dos tercios de los países del mundo han experimentado un crecimiento superior en 2017 que en el año anterior, esperando, además, que el crecimiento mundial se mantenga estable en el 3 % en 2018 y 2019, gracias al impulso de varias economías desarrolladas. Algunas economías, como la española o la irlandesa, crecerán aún más.
«El desafío es canalizar todo esto hacia una aceleración sostenida en la inversión productiva para respaldar las perspectivas a medio plazo», indica el texto..
Los expertos de la UNCTAD sugieren que se aproveche la mejora de la situación macroeconómica para reducir la desigualdad, apoyar la inversión a largo plazo y mejorar las deficiencias institucionales.
Usar eficientemente esto «puede generar una mayor inversión y productividad, una mayor creación de empleo y un crecimiento económico más sostenible a medio plazo». En varios países de África, Asia occidental, América Latina y el Caribe, habitan 275 millones de personas que viven en pobreza extrema.
El informe sugiere que se cree un nuevo marco financiero para la financiación sostenible que ponga el foco no en las ganancias a corto plazo sino en la creación de valor a largo plazo: «Las políticas regulatorias en el sistema financiero, bien coordinadas con políticas monetarias, fiscales y cambiarias, deben respaldar este marco mediante la promoción de un entorno financiero mundial estable».