Este jueves, en una escalada de tensión que ha estremecido a la comunidad internacional, Rusia ha vuelto a lanzar una ofensiva masiva contra Ucrania en un ataque coordinado que abarcó varias regiones, incluyendo la capital, Kiev.
El conflicto se desencadenó mientras las fuerzas rusas buscaban recuperar posiciones en el frente oriental, específicamente cerca de la localidad de Andrivka, con el objetivo de impedir que Ucrania mantuviera el control de una estratégica carretera.
La ofensiva ha dejado un saldo doloroso, con al menos seis personas fallecidas y otras nueve heridas en un ataque dirigido a zonas en la región de Jersón, en el sur de Ucrania, que estaban bajo el control de las fuerzas de Kiev. Oleksandr Prokudin, jefe de la Administración Militar, confirmó estos trágicos resultados.
De los 43 misiles de crucero lanzados por Rusia, 36 fueron interceptados por la defensa antiaérea ucraniana antes de alcanzar sus objetivos, según informó la Fuerza Aérea de Ucrania (FAU).
A pesar de esto, alrededor de cuarenta edificios resultaron dañados debido al impacto directo de los misiles o a fragmentos caídos tras ser destruidos en vuelo. Además, una veintena de personas sufrieron heridas.
La FAU proporcionó detalles sobre el ataque, que ocurrió a las 03:40 hora local (00:40 GMT). Rusia empleó misiles de crucero Kh-101, Kh-555 y Kh-55, lanzados desde 10 aviones estratégicos TU-95MS ubicados aproximadamente a 500 kilómetros al este de la frontera ucraniana. Los misiles, lanzados en oleadas, cambiaron constantemente su rumbo para confundir a los sistemas de defensa antiaérea ucraniana, que se activaron en múltiples regiones del país.
Además, alrededor de las 06:00 hora local (3:00 GMT), las fuerzas rusas lanzaron varios misiles guiados S-300 sobre la ciudad de Járkov, ubicada cerca de la frontera con Rusia.
Rusia admitió su autoría en este ataque masivo con misiles y drones, aunque destacó que sus objetivos eran la industria militar y las instalaciones de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
El portavoz del Ministerio de Defensa ruso, teniente general Ígor Konashénkov, declaró que el ataque se dirigió también contra “centros de espionaje electrónico y bases de entrenamiento de grupos de sabotaje del Ejército ucraniano”, asegurando que “todos los objetivos fueron destruidos.”
Adicionalmente, Rusia afirmó haber frustrado un ataque masivo con drones contra la península de Crimea, que fue anexada por Rusia en 2014. El portavoz de Defensa rusa reportó que la defensa antiaérea derribó un total de 19 drones no tripulados ucranianos sobre el mar Negro y el territorio de Crimea.
Este episodio de violencia ha aumentado aún más las tensiones en una región que ha estado en conflicto durante años, generando preocupación a nivel mundial y llamados a la diplomacia para evitar una escalada aún mayor en el conflicto entre Rusia y Ucrania.
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