Según ha informado el diario Público, una investigación publicada este martes por la plataforma OpenDemocracy ha desvelado que varios grupos ultracatólicos vinculados con la administración de Donald Trump han destinado cerca de 270 millones de dólares para financiar campañas de odio en un amplio número de países.

Europa ha sido el principal foco de inversión, donde los grupos ultracatólicos se han gastado al menos 88 millones de euros en este tipo de campañas, respaldadas por el grupo ultracatólico American Center for Law and Justice (ACLJ), cuyo abogado jefe es Jay Sekulow, abogado de Trump.

La mayor parte de ese dinero provino de la organización Alliance Defending Freedom, estrechamente vinculada a la administración Trump mediante sus exempleados y que cuenta con representantes en Bruselas, donde gasta en acciones lobby hasta 300.000 euros anuales.

Justicia y los grupos ultracatólicos

Según señala el informe, estos grupos americanos han estado involucrados en Europa en al menos 50 casos legales, incluyendo numerosos casos contra los derechos sexuales y reproductivos en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH).

Estos grupos han respaldado restricciones contra los anticonceptivos, el divorcio, el aborto, la adopción para parejas del mismo sexo y derechos de los individuos trans en Europa, desde Italia hasta Austria, Noruega y Francia; han apoyado campañas en pro de la pena de muerte para personas homosexuales en África e incluso han publicado información falsa sobre el coronavirus.

Grupos ultracatólicos y el Tea Party

OpenDemocracy señala además que muchos de estos grupos también han estado asociados a la controversial red conocida como Congreso Mundial de Familias, cada vez más vinculada a políticos de ultraderecha en Europa. Según ha podido comprobar el periódico Público, la plataforma CitizenGo de Hazte Oír forma parte del denominado Congreso Mundial de Familias.

A pesar de que los 28 grupos investigados no han desvelado la identidad de sus donantes, el informe señala que varios de ellos tienen vínculos con famosos individuos multimillonarios conservadores, como los hermanos Koch señalados como financiadores del ultraconservador Tea Party.

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