David Hines, un empresario de 29 años de Florida, ha sido detenido por gastarse parte de una ayuda que recibió del Programa de Protección de Nóminas (PPP), que ayuda a las pymes norteamericanas afectadas por la pandemia, para comprarse un Lamborghini Huracán EVO valorado en 318.000 dólares y realizar importantes compras en exclusivas tiendas de lujo.
El acusado recibió casi cuatro millones de dólares del fondo estatal de rescate, que en lugar de utilizarlos para pagar las nóminas de sus empleados decidió emplearlos para adquirir el lujoso deportivo, hacer compras a gran escala y hospedarse en hoteles de lujo.
Al parecer las cuentas bancarias del empresario, antes de pedir el crédito, estaban en números rojos, con un déficit de más de 30,000 dólares. Hines había solicitado nada menos que 13,5 millones de dólares en préstamos PPP a nombre de siete compañías diferentes y le concedieron tres préstamos por 3,9 millones de dólares de los que pudo disponer el pasado 11 de mayo.
Las solicitudes se basaban en declaraciones falsas y datos engañosos sobre los gastos y la salud de la empresa del detenido. Según las autoridades, Hines dijo que había pagado millones de dólares en nóminas de trabajadores en los primeros tres meses de 2020 y que tenía 70 empleados, pero la información bancaria y del estado reveló que en realidad el promedio era de unos 200.000 dólares al mes.
Además, según The New York Times, no se hallaron websites que indicaran que esas empresas de mudanza, de las que supuestamente era dueño, estuvieran operativas.
En un comunicado la Fiscalía indicó que el automóvil deportivo comprado por Hines se registró conjuntamente a su nombre y el de una de sus compañías. Las autoridades confiscaron el deportivo y 3,4 millones de dólares en cuentas bancarias al momento del arresto y el Departamento de Justicia de Estados Unidos le acusa de fraude bancario, de usar fondos obtenidos ilegalmente y de mentir a una institución de préstamos.
Pero parece que este no es el único caso de fraude que afecta al programa de ayudas. La estrella de televisión y propietario de una empresa de camiones Maurice «Mo» Fayne gastó sus fondos para comprar, supuestamente, un Rolls-Royce y 85.000 dólares en joyas.