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La desaparición de animales y plantas se está produciendo a un ritmo sin precedentes. De los 8 millones de especies que existen en todo el mundo, un millón se enfrenta a la extinción. Nuestro planeta ha perdido ya el 85% de las zonas húmedas por el impacto de la agricultura, la ganadería y la pesca industrial y un excesivo nivel de consumo por parte de los países industrializados. Son conclusiones del informe más completo sobre biodiversidad que se ha hecho hasta la fecha, publicado este lunes y elaborado a lo largo de tres años por 145 expertos de 50 países, entre ellos, España.
Este informe (el mayor realizado hasta ahora en el campo de la biodiversidad y cuya elaboración ha necesitado tres años) apunta a “la actividad humana” como la causa principal de las alteraciones de la naturaleza y señala, como los principales sectores responsables de la devastación actual, la ganadería, agricultura y pesca industriales, las grandes infraestructuras, la minería, la extracción de combustibles y el consumo exacerbado.
«La pérdida de especies, ecosistemas y diversidad genética ya es una amenaza global y generacional para el bienestar humano. Proteger las contribuciones invaluables de la naturaleza a las personas será el desafío definitorio de las próximas décadas» ha advertido Robert Watson, presidente de la IPBES, la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad, que ha reunido en París durante la pasada semana a expertos de 132 países para aprobar este informe mundial.
Entre la deforestación, la agricultura intensiva, la sobrepesca o la urbanización del territorio, el balance arroja que el 75% del medio terrestre ha sido «gravemente dañado» por la actividad humana y el 66% del medio marino también.
También figuran entre los principales responsables la explotación directa de organismos (como la sobrepesca, cultivos o granjas); el cambio climático; la contaminación y la introducción de especies exóticas invasoras, que descompensan los ecosistemas naturales y acaban con la fauna autóctona.
Desde 1980, cien millones de hectáreas de selva han sido arrasadas en los trópicos para obtener madera o implantar cultivos de soja o aceite de palma. Cada año, hasta 400 millones de toneladas de metales pesados, disolventes, lodos tóxicos y otros desechos se vierten al agua.
Los microplásticos ya afectan al 86% de las tortugas marinas, el 44% de las aves marinas y el 43% de los mamíferos marinos. La producción de cultivos ha aumentado un 300% desde 1970, junto al uso a gran escala de insecticidas. Y son solo algunos ejemplos. Con una población de más de siete mil millones de personas, y creciendo, las perspectivas para la naturaleza no son buenas.