La pareja de la presidenta madrileña aparece como eje de una red de pagos, empresas pantalla y posibles sobornos que entrelazan a Quirón, el PP y Panamá.
La pareja de Isabel Díaz Ayuso, Alberto González Amador, realizó pagos de 77.665 euros a directivos de Insumos Médicos del Pacífico, una sociedad registrada en el paraíso fiscal de Panamá y creada por Fernando Camino, presidente de Quirón Prevención. Así lo denuncia eldiario.es en su última investigación.
Las transferencias constan en documentos judiciales que investigan los delitos fiscales de González Amador en 2020 y 2021. De los 77.665 euros, destacan los pagos directos a César Nieto, exdirector de Insumos Médicos del Pacífico, por conceptos como “asesoramiento técnico en el sector salud”. Estos pagos, sumados a otros por billetes de avión y cursos, alcanzan los 22.665 euros.
La conexión con Panamá no termina ahí. La sociedad Insumos Médicos del Pacífico permaneció inactiva durante años hasta que fue reactivada en 2022 para ser disuelta. En paralelo, se destaparon pagos de más de 525.000 euros por parte de González Amador a Fernando Camino, su principal cliente, bajo sospecha de encubrir comisiones ilegales.
UN MODELO SANITARIO PRIVADO Y OPACO
Quirón, líder de la sanidad privada en España, ha sido un actor central en esta trama. Bajo el modelo de “colaboración público-privada” impulsado por Ayuso, Quirón ha visto multiplicados sus beneficios mientras la sanidad pública se deteriora. La relación directa entre González Amador y altos cargos de Quirón revela un entramado en el que los intereses privados han capturado políticas públicas.
Los pagos de González Amador no se limitan a los directivos de la empresa panameña. También aparecen 30.000 euros por “asesoramiento” a Curramba SL, una empresa inactiva vinculada a un empresario condenado por estafa, y 25.000 euros a un contratista habitual del PP. Estas conexiones con el Partido Popular y su modelo de gestión refuerzan las sospechas de que el uso de fondos públicos ha beneficiado a un círculo reducido de intereses privados.
Además, en plena pandemia de COVID-19, González Amador gestionó un pelotazo de dos millones de euros por la compra de mascarillas para una empresa gallega vinculada a Quirón. Este episodio pone en evidencia cómo la emergencia sanitaria fue aprovechada para obtener beneficios desproporcionados mientras el personal sanitario trabajaba en condiciones precarias.
UN ÁTICO EN CHAMBERÍ Y LA NEGATIVA A RESPONDER
Entre las operaciones inmobiliarias de González Amador destaca la adquisición de un piso de lujo en el barrio de Chamberí, donde reside junto a Ayuso. El inmueble está vinculado a una empresa propiedad de un abogado cercano a Fernando Camino, y fue comprado al contado por casi un millón de euros de origen desconocido.
La presidenta de la Comunidad de Madrid ha evitado responder preguntas sobre el origen de los fondos y ha defendido a su pareja acusando a la Fiscalía de actuar por motivos políticos. Sin embargo, las cifras y los hechos reflejan un entramado de corrupción que pone en cuestión la transparencia de su gestión.
La trama de pagos, comisiones encubiertas y relaciones empresariales opacas no es un caso aislado. Es un síntoma del modelo político que prima los intereses privados sobre el bienestar público.