La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AMEPS) confirma que “de las dosis que el Ministerio de Sanidad tiene almacenado o ha distribuido a las comunidades y ciudades autónomas, un total de 13.870.197 han caducado”, es decir, un 4,91 % del total de las que ha recibido para combatir la Covid-19.
Aunque la AEMPS no ha confirmado el valor de todas esas vacunas de coronavirus perdidas, ya que el precio es confidencial, según estimaciones podría superar los 200 millones de euros.
El Ministerio de Sanidad ha argumentado que es necesario tener stock almacenado por si empeora la situación epidemiológica y hacer frente a imprevistos. Además, ha señalado que el ritmo de vacunación, tanto de la población española como de la europea, ha descendido y, al contrario de lo que sucedía al principio, todos los estados miembro cuentan ahora con reservas de vacunas contra el coronavirus, aunque no se lleguen a utilizar.
Sin embargo, los países de la UE trabajan para renegociar los contratos con las compañías para ajustar las cantidades y los ritmos de entrega a la situación actual.
Los debates entre los ministros de Salud europeos reunidos en el Consejo de Empleo, Política Social, Sanidad y Consumidores (EPSCO) del Consejo de la Unión Europea desde el pasado mes de septiembre se han centrado en la gestión de esos excedentes y evitar la destrucción de vacunas.
En el último encuentro celebrado el día 9 de diciembre, reclamaron a farmacéuticas como Pfizer y Moderna que reajusten las cantidades contratadas y los plazos de entrega para evitar así el almacenamiento de dosis que pudieran caducar.
La ministra de sanidad de España, Carolina Darias, señaló que: “No podemos permitirnos vacunas que no vamos a utilizar y que estas se acaben destruyendo”.
Por su parte, su homólogo checo, Vlastimil Válek, consideró “indispensable que se suspenda la entrega de vacunas hasta que no se haya revisado el contrato (…)”. “Que en enero y febrero se nos sigan entregando vacunas es inaceptable”, añadió.