Ninguna figura pública, ningún ciudadano ni ciudadana, puede quedarse parado o parada en este momento crucial de nuestra historia

Es tan inquietante como desesperante observar cómo la extrema derecha, con su discurso de odio, retrógrado y divisionista, sigue avanzando y cómo la derecha, en lugar de detenerla, sirve de muleta para su marcha.

Los ídolos mediáticos, como Belén Esteban, con su gran número de seguidores, tienen la capacidad de influir en las opiniones públicas y pueden, por lo tanto, desempeñar un papel crucial en la lucha contra el auge de la ultraderecha. Belén se muestra inusualmente crítica e incierta ante la perspectiva de una alianza entre partidos de derecha que amenaza con llevarnos hacia atrás en temas ya superados, como puede ser el aborto o la censura. Sus palabras son un potente llamado a las y los ciudadanos a reflexionar sobre quiénes son realmente los arquitectos de este retroceso y sobre la importancia de elegir a representantes que luchen por el progreso.

Ninguna figura pública, ningún ciudadano ni ciudadana, puede quedarse parado o parada en este momento crucial de nuestra historia. Este es un llamado a la acción para todas y todos, no sólo para los políticos o las personalidades de la televisión. Debemos alzar la voz, movilizarnos y votar para detener el auge de la extrema derecha y de cualquier ideología que busque dividirnos o privarnos de nuestros derechos.

La política no es un espectáculo del que podamos desentendernos, es el teatro donde se juegan nuestras vidas, nuestros derechos, nuestro futuro. Es nuestra responsabilidad colectiva rechazar la regresión, abogar por el progreso y luchar por una sociedad más justa, inclusiva y respetuosa. Este es nuestro momento para actuar, para que nuestro voto y nuestra voz reflejen los valores de la sociedad que aspiramos a ser.

No podemos darnos el lujo de ser meros espectadores este 23J.

 

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