“No queremos nada gratis. Somos trabajadores y podemos pagar para vivir en un alojamiento digno. Estamos pidiendo justicia social”. Ese es el grito que se escucha entre los temporeros afectados por tres incendios que han calcinado casi un centenar de chabolas de asentamientos de Lepe y Lucena del Puerto entre los días 12 y 17 julio. 

Decenas de estos trabajadores precarios duermen en la calle, justo en la puerta del Ayuntamiento. Antes lo hacían en chabola que compartían entre tres y cuatro personas con la permisibilidad de las instituciones, hasta que ardieron (o quemaron) tres de los asentamientos que albergaban a casi 400 personas en esta provincia.

La mayoría de estos temporeros lo han perdido todo: dinero, fotos, documentación… Este miércoles se han plantado en una manifestación que comenzó a las 10 de la mañana y que durante tres horas han pedido una solución.

Las instituciones se han puesto una venda en los ojos ante la injusticia e intentan tapar el problema ignorándolo. La reivindicación de ayer estaba prevista desde hace semanas, a última hora el Ayuntamiento, gobernado por el Partido Popular, solicitó a la Subdelegación del Gobierno en Huelva que la prohibiera sin éxito convocada por varias asociaciones de temporeros y el Partido Comunista de Andalucía.

El teniente de alcalde de Lepe, Jesús Toronjo, calificó de “desafortunada” la decisión del Gobierno de permitir la manifestación en un momento en que “nos encontramos inmersos en una pandemia con casos positivos en el entorno que aconsejan que se eviten aglomeraciones”.

Un portavoz del Ayuntamiento de la localidad ha asegurado este miércoles que, tras el rechazo de su propuesta para instalar un campamento de emergencia para los temporeros en el polígono industrial La Gravera, el Consistorio está “estudiando otras vías”. Mientras tanto decenas de personas malviven en la calle siendo tratados como trabajadores de usar y tirar.

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