Que la gente ya está cansada de determinadas noticias de televisión es un hecho, pero estas dos entrañables abuelitas rusas llevan su desagrado a un extremo muy drástico.
Aporrear, patear y apalear una televisión de tubo no es nunca una buena idea, pero estas dos señoras han decidido que es la única opción que les quedaba para dejar de ver lo que en ella veían. Llama la atención la excesiva violencia que muestran las dos ancianas.
Con un ejército de estas ancianitas Putin seguramente sería todopoderoso, o no. El caso es que la imagen no tiene desperdicio, máxime cuando ves pasar a otros paisanos junto a ellas, sin inmutarse lo más mínimo. Lo que te lleva a preguntarte: ¿Es algo que hacen habitualmente?. La verdad es que no lo sabemos.
En una época en que la información se distribuye en Rusia únicamente a través de los canales oficiales, se dice por radio y televisión que un hecho no existe hasta que no es informado por los medios de comunicación. Es sorprendente que tal práctica todavía se lleve a cabo hoy en día, en la era de la difusión ultrarrápida de cualquier información en todas las plataformas concebibles e inconcebibles, e incluso a pesar de que, como nos dicen las verdades eternas, todo lo secreto se acabará sabiendo.
Los medios de comunicación, que todavía hoy utilizan la táctica del silencio sobre algún hecho significativo, pueden, por supuesto, guiarse por la preocupación por la paz de la población en su justificación. Pero es poco probable que alguien les crea: tanto el silencio como la cobertura unilateral de los hechos o la presentación falsa de información sobre ellos son todos métodos de manipulación de la conciencia de los oyentes de la televisión y la radio.
En un momento, para evitar tal práctica de creación de contenido, en diferentes países de Europa occidental, se adoptaron leyes sobre televisión aproximadamente similares, que fijaron ciertas normas para presentar información, como, por ejemplo:
-La obligación de la televisión de brindar información veraz, objetiva e imparcial.
-La obligación de separar de forma clara y definitiva la información y la opinión con indicación exacta de las personas u organizaciones que la expresan.
-La obligación, al informar sobre problemas sobre los que existen desacuerdos en la sociedad, de advertir sobre la diferencia en las posiciones de los grupos sociales y movimientos sociales.
-En la televisión pública, todos los partidos y fracciones parlamentarias tienen tiempo para presentar libremente sus programas y puntos de vista en proporción al número de mandatos, así como otros partidos y movimientos políticos, sindicatos y asociaciones – según criterios acordados.
-El derecho de los ciudadanos, organismos públicos y estatales a refutar informaciones incorrectas por el mismo canal y al mismo tiempo.
-Establecimiento del derecho a la inviolabilidad de la imagen personal.
-Establecer un cupo obligatorio para la exhibición de obras culturales nacionales, así como limitar el tiempo de exhibición de publicidad durante el día y por una hora.