El excomisario José Villarejo ha criticado la utilización política que se está haciendo de su causa y lamenta que se le esté usando como ariete “presentando como víctimas a quienes no lo son”, entre los que cita al líder de Podemos, Pablo Iglesias, al que acusa de hacer campaña a su costa.
En un comunicado de cuatro folios difundido este martes por su abogado, el excomisario lanza al aire múltiples preguntas para cuestionar la coincidencia de que “en pleno proceso electoral” y cuando iba a declarar sobre el 11M se conociera la investigación sobre el robo del móvil a la asistente de Iglesias. Unos hechos, apostilla, que le “resultan enteramente ajenos”.
Al líder de Podemos le acusa de mentir y de utilizar este caso para hacer campaña a costa “de argumentos mendaces” y le pide que “haga política”.
Se pregunta desde cuándo se lleva investigando este asunto “para que casualmente se le ofrezca ahora a Pablo Iglesias comparecer como perjudicado” tras su vuelta a la actividad política, y sostiene que Iglesias ya conocía en el mitin en la plaza del Reina Sofía que iba a ser llamado a personarse.
Teniendo en cuenta que la causa está secreta, a Villarejo esto le parece “llamativo y vergonzoso”.
El excomisario se pregunta también por qué en el caso Tándem, en el que se investigan sus actividades de espionaje, “solo emergen situaciones o dossiers que afectan e inciden negativamente contra el Partido Popular o medios de comunicación críticos con el poder”.
“¿Dónde están mis encuentros con directivos mediáticamente relevantes y con personas muy posicionadas del partido del Sr. Iglesias? Se hablaban de cosas muy interesantes, créanme”, ironiza.
Y pregunta al líder de Podemos por la procedencia de los papeles de Bárcenas proyectados en un edificio “de todos los madrileños”. “¿Para eso no hay límites, Sr. Iglesias?”, le reta el excomisario.
Villarejo tampoco encuentra respuesta para que aún no haya emergido en la causa “la documentación que afecta al Partido Socialista Obrero Español y a sus gobiernos” y plantea, de forma sarcástica, que pueda deberse a que de “una forma casi mágica” sean precisamente esos “los documentos que está resultando imposible desencriptar”.
“¿Esto no huele a un juego sucio poco digno de un país del que presumimos que es muy democrático?”, apunta.
Villarejo también se siente víctima de “un linchamiento perfectamente organizado y dirigido” y eso le lleva a preguntarse “por qué con unos medios de comunicación se actúa con celeridad, mandando incluso a la policía judicial, y con otros esa actuación solo se produce cuando hay informaciones que afectan a una ministra del gobierno socialista o a la línea oficial”.
No entiende que se siga permitiendo que Moncloa.com “publique impunemente filtraciones de procedencia ilícita casi a diario sin que se haya hecho nada tras el paso de los meses” y sostiene que todas esas filtraciones le perjudican. “¿O es que acaso filtro para que me abran cada día un proceso nuevo?”, plantea.
Según él, organismos oficiales del Estado están detrás de ese medio y lamenta que ningún periodista se atreva a investigarlo “aunque resulte evidente, por la procedencia de los audios filtrados”.