No hay muchos indicios de que la amiga especial del presidente ruso Vladimir Putin, Svetlana Krivonogikh, tuviese medios para adquirir un apartamento de lujo en Monte Carlo (Mónaco). La mujer creció en un apartamento comunal abarrotado en San Petersburgo y uno de los trabajos que tuvo era hacer la limpieza de una tienda del vecindario.
Krivonogikh, de 46 años, se convirtió en dueña del apartamento en Mónaco a través de una compañía offshore creada pocas semanas después de que diera a luz a una niña. La mujer tuvo a su hija en una época en la que los medios rusos la relacionaban por su amistad íntima con el presidente ruso, Vladimir Putin.
Quienes organizaron la compra en Montecarlo para Krivonogikh tomaron medidas para que su nombre y su condición de propietaria no aparecieran en los registros públicos. Casi un mes después del nacimiento de la hija de Krivonogikh, la mujer se incorporó a una empresa opaca llamada Brockville Development Ltd. en las Islas Vírgenes Británicas y, meses después, esa empresa fantasma compró el apartamento en el principado.
Los Papeles de Pandora no muestran exactamente cuándo Krivonogikh se convirtió en la “beneficiaria real” de Brockville, pero figura que ella ya era la beneficiaria efectiva en 2006. Brockville estaba escondida dentro de una segunda empresa fantasma llamada Sefton Securities, que a su vez era propiedad de Eamonn McGregor, un contador de origen británico que dirige Moores Rowland en Mónaco.
El apartamento de lujo de Krivonogikh ha sido revelado por los documentos filtrados al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y compartidos con el Washington Post. Estos documentos, que forman parte de los Papeles de Pandora, muestran que la mujer tenía una empresa fantasma en las Islas Vírgenes Británicas y usó los servicios financieros de una empresa de Mónaco que trabajaba para uno de los amigos multimillonarios de Putin.
En los archivos no aparece de dónde obtuvo el dinero para pagar un apartamento que costó 3,6 millones de euros en 2003, pero la transacción coincidió con un período en el que Krivonogikh supuestamente mantenía una relación con Putin y acumulaba una asombrosa cartera de activos en Rusia, según Proekt, un medio de investigación ruso que destapó sus supuesta relación con Putin.
Krivonogikh posee, según informes de Proekt y registros públicos rusos, una participación mayoritaria en una estación de esquí donde se casó una de las dos hijas que Putin tuvo con su exesposa, un yate, una cuenta bancaria suiza y apartamentos en las direcciones más codiciadas de San Petersburgo.
La mujer no ha hablado sobre su supuesta relación con Putin. En los documentos oficiales rusos obtenidos por Proekt y revisados por el Washington Post no hay registros del padre de Rozova. Pero sí figura un segundo nombre, “Vladimirovna”, que significa literalmente “hija de Vladímir”.
En 2006, Krivonogikh firmó un acuerdo que convertía a Sefton en el propietario declarado de Brockville, cuando, en realidad, el departamento era suyo, según los Papeles de Pandora. Las autoridades fiscales de Mónaco confirmaron que Brockville todavía es dueña del apartamento.
Moores Rowland tiene nexos comerciales con otros rusos cercanos a Putin, entre los que se encuentra el trader petrolero Gennady Timchenko. Moores Rowland actuó en representación de Timchenko, ayudando a formar una empresa que se convertiría en parte de su imperio petrolero y participó en la creación de empresas de papel cuyos activos incluían yates comprados por Timchenko y su hija.
Las pistas que conectan a Krivonogikh con la propiedad de Mónaco aparecen en la nueva filtración masiva de documentos financieros que revelan los activos secretos, acuerdos encubiertos y fortunas ocultas de más de 330 políticos y cargos públicos (90 de ellos europeos), 15 jefes de Estado de América Latina entre actuales y retirados, 46 oligarcas rusos, 133 millonarios de la lista Forbes…
En la lista se encuentran el presidente de Chile, Sebastián Piñera, el exdirector del Fondo Monetario Internacional Dominique Strauss-Kahn, el rey de Jordania, Abdalá II, el primer ministro checo, Andrej Babis, Tony Blair y su esposa, Cherie Blair, el capo Raffaele Amato, Carlo Ancelotti , Pep Guardiola, Claudia Schiffer, Julio Iglesias o Shakira.
Además, entre los aliados más leales a Putin que se han enriquecido de forma exorbitante y han guardado activos en el extranjero se encuentran el ejecutivo de medios Konstantin Ernst y el jefe del banco estatal ruso Herman Gref.
Cinco años después de las revelaciones de los Papeles de Panamá, los nuevos documentos muestran que, en lugar dejar de usar cuentas offshore, los ricos rusos y quienes manejan su dinero han buscado ocultar mejor sus activos.
Putin siempre ha intentado no dar detalles sobre su vida privada, pero en los últimos años ha habido una oleada de revelaciones. Por ejemplo, a principios de este año, el principal adversario político de Putin, Alexéi Navalni, señaló en una publicación que un palacio de mil millones de dólares en la costa del mar Negro era una residencia secreta para el líder ruso pagado con dinero de la corrupción, a pesar de que Putin lo niega.
Después de que la investigación del mar Negro se publicara en línea, Navalni fue condenado a tres años y medio de prisión y su organización fue prohibida por un tribunal ruso. Desde entonces, Rusia también ha prohibido Proekt por motivos de seguridad nacional. Proekt estimó el año pasado que los activos de Krivonogikh solo en Rusia valían 7.700 alrededor de 100 millones de dólares.
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