El pasado 11 de marzo, Gobierno y agentes sociales llegaban a un acuerdo y cerraban la Ley Rider. Mediante esta ley, los falsos autónomos repartidores se convertirán en asalariados y, además, los sindicatos u otros representantes de los trabajadores deben ser informados de los algoritmos que rigen su rutina laboral.
Mientras los empresarios pronostican el fin del sector de reparto a domicilio, para los sindicatos la ley se ha quedado corta. La idea es extender la medida a otros colectivos laborales cuya producción también está controlada por un algoritmo: empleadas del hogar, cuidadoras de personas dependientes, babysitter (canguros), traductores, desarrolladores de software, traductores…
Carlos Gutiérrez, responsable de Juventud y Nuevas Realidades del Trabajo de CCOO, señala que “hay que regular a todas las plataformas digitales. A todas. Es lo que dice la Comisión Europea”.
Tal y como recoge infoLibre, la modificación del artículo 64 del Estatuto de los Trabajadores, que obliga a informar del algoritmo a representantes sindicales, solo afecta a las plataformas que trabajen con asalariados, pero excluye al resto de apps que ejercen las mismas prácticas.
El Ministerio de Trabajo afirma que la la inmensa mayoría de falsos autónomos se concentran en el sector de reparto de comida a domicilio, cuya cifra oscila entre los 15.000 y 30.000 trabajadores.
Una vez entre en vigor la norma, tras pasar por el Consejo de Ministros, la “laborización” de los falsos autónomos a los que recurren Glovo, Deliveroo, Uber Eats o Stuart (excepto Just Eat) se haría “automáticamente”, tal y como ha indicado Yolanda Díaz, quien celebró que España sea pionera mundial en este tipo de medidas.
Tras más de 40 sentencias judiciales a favor de laboralizar a los falsos autónomos, el deseo de Díaz era abordar la urgencia de los riders y adelantó que la regulación de las plataformas digitales, como las mencionadas anteriormente y que quedaban fuera de la regulación, corresponde al Ministerio de Asuntos Económicos que lidera Nadia Calviño. La Ley llega seis meses después de que el Tribunal Supremo sentenciase que los repartidores de Glovo debían ser asalariados.
La gestión algorítmica de la producción va mucho más allá de los riders. Según la Guía de gestión algorítmica, publicada en septiembre del año pasado por la federación sindical internacional UNI, empresas como Amazon “han comenzado a experimentar dispositivos de retroalimentación táctil portátiles para sus trabajadores de almacenes, utilizando vibraciones para guiar sus movimientos de brazo al estante correcto lo más rápido posible para ser aún más eficientes”, tal y como informa infoLibre.
“Este nivel de híper eficiencia no solamente puede ser extremadamente estresante para los trabajadores, sino que priva de autonomía a las personas; de esta manera puede ser deshumanizante al convertirlas en poco más que engranajes de una gran máquina automatizada, en las que ni siquiera se confía para que tomen decisiones sobre los movimientos de sus propios miembros o sobre el tamaño de la caja a utilizar o el largo de la cinta que hay que cortar para sellarla”, advierte la guía sindical.
Cada 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua, una fecha significativa que…
La presidenta intenta desviar la atención mientras las cifras y los documentos desmienten su relato
La declaración de impacto ambiental favorable de la Xunta para la macrocelulosa de Altri y…
Aemet avisó, el gobierno de Mazón ignoró y, cuando todo salió mal, la respuesta fue…
Elon Musk está destruyendo el valor de Tesla a golpe de política y declaraciones incendiarias
La Generalitat valenciana enfrenta una tormenta política por la posible manipulación de las imágenes que…